Rocketman

Crítica de ‘Rocketman’ (2019). Elton John, tu turno

Tras ver ‘Rocketman’, repasemos por un momento el historial delictivo reciente de los biopics sobre estrellas de la música.

Finales de octubre del año pasado, llega ‘Bohemian Rhapsody’ (Bryan Singer, 2018), film que aborda vida y obra de Freddie Mercury y su banda ‘Queen’. Marzo de este año, Netflix lanza ‘The dirt’ (Jeff Tremaine, 2019), cinta que hace lo propio con Nikki Sixx y los ‘Mötley Crüe’. Ahora llega ‘Rocketman’, película que pone su punto de mira en Elton John.

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Y en este momento es cuando nos damos cuenta, alarmados, de que los biopics musicales son unos auténticos reincidentes de manual. Pero lo fácil es decir que hay muchas películas de superhéroes.

Dexter Fletcher, el hombre orquesta

Dexter Fletcher, el tipo que arregló ‘Bohemian Rhapsody’ tras el airado y aún hoy confuso desplante de Bryan Singer, aunque luego su nombre figure en los créditos del film, llega para mostrarnos las luces y las sombras de Elton John.

El realizador inglés agarra el modelo que tan excelente resultado le dio en la genial ‘Amanece en Edimburgo’ (2013), cinta que rendía pleitesía a la banda escocesa ‘The Proclaimers’, y lo traslada a ‘Rocketman’ para lograr (ahora sí que sí) un biopic musical con todas las de la ley. Y además, uno que no se conforma con aprovecharse, cual aparato de marketing barato, de las canciones de su estrella protagonista, sino que las usa con un sólido y justificado fin. Ponerlas al servicio del propio Elton John.

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Luces y sombras

Indudablemente, en fondo de armario ‘Rocketman’ es típica y tópica. Es el clásico y manido relato redentor de estrella que lo tiene todo pero no tiene nada, y que se sume en adicciones para superar carencias y traumas de juventud. En ese aspecto la película de Dexter Fletcher no ofrece nada nuevo, pero supongo que es un peaje ya asumido desde antes de iniciar este chillón y estridente trayecto por la aún más chillona y todavía más estridente carrera de Elton John.

‘Rocketman’ se plantea como una especie de terapia de grupo para el bueno de Reginald Dwight, nombre real de Elton John, acuciado por mil y una adicciones que van: desde el alcoholismo hasta la irascibilidad, pasando por la bulimia, la adicción a las drogas o por ser multimillonario antes de los treinta.

Con este curioso listado de afecciones, aunque nada peculiar en este tipo de personajes, Dexter Fletcher arma un biopic musical que, en forma, sí exprime al máximo sus opciones. El deleitoso y provechoso repaso que se nos hace a los temas más destacados en la carrera de Elton John, bien traídos según el momento de su vida, es fabuloso. Coreografías mediante. Me ha dolido mucho que «Someone saved my life» no haya sonado, pero en fin.

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El párrafo de Taron Egerton

Iba a citar, casi de refilón, la mimética y genial interpretación de Taron Egerton en el párrafo anterior, entre alabanza y alabanza a Dexter Fletcher y a la cinta. Pero qué demonios, Egerton merece un párrafo propio.

Su caracterización, tanto física como espiritual o vocal de Elton John, es soberbia. Hay veces que es imposible diferenciarlos, y lo digo yo que no he seguido mucho la carrera del músico, imagínense el devoto lo que sentirá. Un Elton John con el que es facilísimo empatizar.

En verdad Taron Egerton está muy bien rodeado, para nada ‘Rocketman’ vive por y para su protagonista. El elenco de secundarios es también de mención.

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Las comparaciones

A lo largo de esta review sobre ‘Rocketman’ me había propuesto evitar la comparación con ‘Bohemian Rhapsody’, y creo que lo he conseguido. Me lo había propuesto por tres motivos. El primero, las comparaciones son odiosas. El segundo, las comparaciones son injustas. El tercero, no he visto ‘Bohemian Rhapsody’.

Eviten la comparación, por favor. Sencillamente disfruten.

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