Crítica de ‘Nop’ (2022). Jordan Peele eleva la apuesta

Pues nada. Si con ‘Nosotros’ (2019) Jordan Peele ya dobló la apuesta, perdiendo por el camino a un moderado sector de sus adeptos más cobardes. Ahora, con ‘Nop’, el cineasta eleva nuevamente su ya de por sí arriesgada apuesta. Perdiendo por consiguiente a más aún del sector más timorato de su fandom. Ese que se quedó estancado en Déjame salir’ (2017). La más corriente, entre bastantes comillas, de un autor que no ha llegado al panorama precisamente para ser corriente. Pero ya se sabe: a Dios rogando, y con el mazo dando. Mientras con una mano pedimos frescura y originalidad en un sector en el que, eso, cada vez resalta menos, con la otra estamos poniéndole el bozal al primer tipo que se atreve a hacer malabarismos con esas ardientes pelotas. Si ya le pasó a ese M. Night Shyamalan en el que tanto se mira Peele aquí, cómo no le iba a suceder a él.

Cowboys Vs. Aliens

OJ y Em son dos hermanos que regentan un rancho centrado en la doma de caballos para cine y televisión. Ambos heredaron el negocio, ya antaño decadente, de Otis Haywood. Su ya difunto padre, muerto recientemente en extrañas circunstancias en las inmediaciones del propio rancho. Y aunque de puertas para afuera el terco de OJ no quiera dar su brazo a torcer, no es menos cierto que la empresa recorre, sin prisa pero sin pausa, la inevitable senda del ocaso. Algo que una más pasiva y resignada Em parece tener bastante más que asumido.

No muy lejos de allí el ex-niño prodigio de la televisión Ricky «Jupe» Park, famoso por una sitcom noventera de final trágico, dirige Jupiter’s Claim. Una especie de parque temático que emula el ya icónico paisaje del far west norteamericano. Un negocio que parece ir algo mejor que el de un OJ que, por activa y por pasiva, ha de empeñar sus caballos ante Jupe, bajo la esperanza de, algún día, poder recuperarlos.

En las vidas de todos ellos, y de algún que otro personaje más que está por aparecer, se colará de improviso un misterioso fenómeno, de carácter ufológico. Este, al que apodarán Jean Jacket, pondrá ligeramente patas arriba el día a día de todos ellos.

‘Nop’: ¿Querías caldo? Pues toma dos tazas.

Así comienza ‘Nop’, el último juguete de un Jordan Peele que, película a película, va afianzándose como uno de los tipos más estimulantes dentro del fantástico y el terror actual. Un cineasta que, además, siempre genera debate con sus obras. Algo que, más allá del típico masterpiece o mierda total que rebosa #FilmTwitter, tampoco se destila demasiado últimamente.

Daniel Kaluuya, Keke Palmer y Steven Yeun comandan, como su trío protagonista, un lunático western que oscila entre el cosmic horror y la sci-fi. Todo ello con un halo de extrañeza generalizado impregnando todo el producto, aunque sin llegar nunca a lo críptico, que despunta en un inaudito tercer acto ante el que no queda otra cosa que aplaudir.

Trabajo a trabajo Jordan Peele va cogiendo confianza respecto a lo que le quiere proponer al espectador, haciendo por consiguiente una criba que separe la paja del grano. Ese espectador que se cree atrevido se va quedando poco a poco en la cuneta mientras que, el que realmente lo es, va afianzando sus posaderas en una butaca cada vez más cómoda para él. Al que ‘Nosotros’ ya le resultase singular, y de ahí para arriba, casi mejor que se ponga a hacer sudokus en vez de enfrentarse a ‘Nop’. Y lo mismo seguramente digamos dentro de dos, tres o cuatro años cuando el realizador neoyorquino saque del horno su futurible cuarto largometraje.

Lo que se oculta en la nube

Esta historia sobre dos hermanos intentando mantener, contra viento, marea y ovnis el legado de su padre, y si no ahí está para demostrar esta teoría la peculiar forma de sombrero vaquero visto desde abajo que tiene la nave alien en ciertos planos, objeto que viste el personaje de Steven Yeun, antagonista de la función, tiene por descontado más lecturas. No siendo esta precisamente la más amplificada por el eco mediático.

La obsesión del ser humano por domesticar lo indomesticable, ya sean: monos, caballos, extraterrestres o hermanas díscolas, se ve reflejada en todos y cada uno de los personajes de ‘Nop’. El film también habla sobre nuestra deleznable filia por regurgitar fenómenos que acabamos convirtiendo en flor de un día, o menos. El ansia casi homicida por lograr captar esa toma de Oprah que nos haga ser, precisamente, otra ya nacida marchita flor de un día. Gente sin rostro que, fruto de las inmensas posibilidades que generan las redes sociales, se mata en el circo romano que es la red en busca de lo viral sin prestar atención apenas a lo que se esconde detrás. Algo que se refleja incluso en la actitud del propio Jean Jacket, necesitado de atención mediática para poder sobrevivir en una realidad que le es ajena.

Todo ello, y más. puede esconderse en una historia que no siempre te entrega en bandeja de plata todas las piezas para que tú luego únicamente completes el puzle. De hecho, incluso es posible que algunas de ellas requieran paciencia, meditación, e incluso algún que otro revisionado.

Un jefe de pista pluscuamperfecto

En lo más puramente técnico Jordan Peele también sale reforzado de ‘Nop’. Este sabe perturbar con muy poco, y aunque su último cachivache no penetre nunca de lleno en ese terror puro y duro que sí practicó por ejemplo en sus dos anteriores trabajos, hay aquí momentos que hielan la sangre. La escena del establo y los aliens es brutal, y lograda con muy poco. Luego, cuando ha de manejarse a lo grande, también brilla el director. Con el refuerzo en la dirección de fotografía de Hoyte van Hoytema, un fijo en la última etapa de Christopher Nolan que también ha resaltado con realizadores como Sam Mendes, Spike Jonze o James Gray.

En el anterior aspecto ‘Nop’ vive por entero de dos grandes set-pieces, y prácticamente de un único escenario. Cosa que podría haberse vuelto en contra del film, y más aún durando más de ciento veinte minutos. Pero no. Jordan Peele te mantiene fijo en la pantalla haciendo que vuele el tiempo. Y todo ello con un personalísimo diseño del alien que acerca el relato, más aún, al espíritu literario de H. P. Lovecraft. Plasmando a la perfección en imágenes ese ominoso horror que no puede ser definido con palabras.

En lo que a puesta en escena se refiere ‘Nop’ también aúna guiños a grandes clásicos. Obras como ‘El resplandor’ (1980) de Kubrick o ‘Tiburón’ (1975) de Spielberg se reflejan en momentos de un film que pasa directo a ser la mejor película hasta la fecha de Jordan Peele.

Nuestra valoración:

Nota Rock and Films

Tráiler de ‘Nop’

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