El pasado 17 de mayo finalizó en Apple TV+ la emisión de ´Sugar´. Una, por ahora miniserie, de ocho capítulos encabezada por Colin Farrell como el detective John Sugar. Resultando del todo llamativo comprobar como, prácticamente al mismo tiempo que Issa Lopez rescata para HBO del hielo en el que criogenizaba ´True Detective´, surge en la competencia el mejor y más estimulante noir detectivesco que haya existido en televisión desde la primera temporada de la propia ´True Detective´, allá por 2014.
´Sugar´ está creada por Mark Protosevich, y ha sido dirigida a cuatro manos por Fernando Meirelles & Adam Arkin. En su reparto, además de Colin Farrell, también cuenta con nombres de la talla de Amy Ryan, James Cromwell o Anna Gunn.
Ese brillo en la mirada.
Entre abril y mayo se ha paseado por las calles de Los Ángeles en su reluciente Corvette azul de 1966 el detective especializado en personas desaparecidas John Sugar. Un peculiar y carismático personaje que luce el rostro de un Colin Farrell con ese inequívoco brillo en la mirada que solamente produce la primera nominación al Oscar. Y es que ´Sugar´ es lo primero que estrena el actor irlandés tras oler la estatuilla con ´Almas en pena de Inisherin´ (Martin McDonagh, 2022).
Este noir detectivesco, conscientemente deudor del cine negro de los años cuarenta y cincuenta, y de rupturista fuga final hacia terrenos más abruptos sin salirse nunca de su calle, ha llegado para convertirse en una de las más gratas sorpresas del año. Todo ello en ocho episodios que apenas superan los treinta minutos de metraje, siguiendo un poco la estela de ´The Bear´. Algo que, indefectiblemente, te dejará con hambre de más.
Una gusa que quizás Hollywood sacie con más temporadas. Y es que, como el propio Simon Kinberg, productor de ´Sugar´, reconoció a nuestros compañeros de El Español: «…estamos preparados y entusiasmados para seguir explorando a John Sugar porque es un personaje único, original y fascinante.»
Colin Farrell se redime en ´Sugar´.
Tras resolver con éxito un caso en Tokyo relacionado con la Yakuza, el detective John Sugar aterriza en Los Ángeles. Allí sus infalibles servicios han sido requeridos por Jonathan Siegel, un legendario productor cinematográfico que anda en busca de su nieta desaparecida. Así, de la manera más simple, y propiciando por ello el posterior desarme, comienza ´Sugar´. Un sólido trabajo mediante el que el propio Colin Farrell parece querer plantar en nuestros cerebros, cual ´Origen´ (Christopher Nolan, 2009), la semilla de lo que, de aquí a un tiempo, nuestra mente recordará verdaderamente como la segunda temporada de ´True Detective´ y no aquel sosias que se marcó un Nic Pizzolatto henchido de gloria en 2015.
Y es que, no son pocos los nexos de unión entre aquella segunda temporada de ´True Detective´ y esta ´Sugar´ que ahora nos tiene ocupados, más allá de la presencia del propio Farrell. En forma las emparenta el género: thriller detectivesco, y el marco en que se enclavan ambas búsquedas: Los Ángeles. Cierto que aquí la urbe se nos muestra más luminosa que allí, pero el puerto de desesperanza en el que atracan finalmente ambos barcos va a ser el mismo. Y en fondo tenemos la podredumbre moral de la ciudad californiana como sucia red en la que quedaremos atrapados.
A partir de ahí Mark Protosevich nos guía, sin prisa pero sin pausa, en un sutil descenso hacia esa meca del cine llena a rebosar de machismo y abuso de poder. Y es que es imposible ya, en tiempos de Me Too, no relacionar al pequeño de los Siegel con, por ejemplo un: Max Landis.
El ADN de John Sugar.
Uno de los grandes aciertos de ´Sugar´, nuevamente sin tener tampoco que reinventar el fuego para llegar a él, es el John Sugar de Colin Farell. Un personaje que evoca a muchos otros, recientes y no tan recientes, pero que al mismo tiempo logra salir a flote con soltura y gracejo dentro de la obvia amalgama de clichés que representa.
Un héroe a medio camino entre el espía trajeado e infalible y el hombre de acción insaciable, dotado además de aptitudes para nada al alcance de cualquier mortal, es prácticamente ya un tropo. Pero aquí Mark Protosevich dota a Sugar, entre otras cosas, de una nobleza de la que ya no queda. Una virtud que te gana y totalmente alejada del feo submundo hacia el que le lleva directo la desaparición de Olivia Siegel. Férrea virtud que no abandonará en ningún momento.
John Sugar también es un cinéfago y cinéfilo de manual, algo que la serie usa en su propio beneficio. Pequeños cortes de clásicos de Robert Aldrich, Charles Laughton o Alfred Hitchcock se intercalan con la narración, apoyándola e incluso complementándola, y equiparando a nuestro protagonista con mitos como James Stewart o Robert Mitchum. Sin olvidar, por la parte que nos toca como devotos del fantástico, el momento ´La Cosa´ (John Carpenter, 1982).
Una fuga que da la vida. Más vida aún.
De aquí en adelante los spoilers van a mover los pies libremente al son de nuestro piano. Nuestra recomendación: Vean ´Sugar´, y ya luego profundizan en el apartado que aquí sigue.
Y es que, no solamente del noir de las décadas de los cuarenta y cincuenta vive ´Sugar´. El fantástico y la ciencia ficción acaban siendo piezas fundamentales, fruto de una alucinante fuga que acontece al término del sexto episodio, y que marca una recta final de serie que parece beber directamente de la ´Under the skin´ (2013) de Jonathan Glazer.
Cuando se rebela la verdadera condición de John Sugar como visitante del espacio exterior en misión de reconocimiento, vuelan por los aires todas nuestras creencias. Al igual que le pasaba en aquella cinta a Scarlett Johansson, Colin Farrell deambula por la ciudad meditabundo a cuenta de la excesiva mimetización, tanto física como psicológica, que esta viviendo. Ha pasado de mero observador del ser humano a practicante. Es uno más. Lo que lo lleva a repetirse en demasiadas ocasiones, cual monótona letanía carente ya de significado, el mantra: yo no soy así.
Cierta subtrama política que implica a los jefes de Sugar, y alguna que otra capacidad de estos extraterrestres, emparentan ´Sugar´ con el comic marvelita «Invasión Secreta», de Brian Michael Bendis. Unas viñetas que el año pasado dieron el salto a la pequeña pantalla con no demasiada suerte. Aunque la corta duración de la serie, sumado a lo relativamente tarde que explota este cartucho de dinamita, hace que todo quede en simple aperitivo.
Y ahora solo nos queda desearle toda la suerte del mundo a ´Sugar´ de cara a las nominaciones a los Emmy 2024, que tendrán lugar el próximo miércoles 17 de julio.
Nuestra valoración: