‘El inocente’, adaptación realizada por Oriol Paulo de la obra homónima de Harlan Coben (convertido ya en un clásico del entretenimiento para televisión) se eleva por encima de otras miniseries, también producidas para Netflix, que trasladan a la pantalla el particular universo del autor norteamericano. Al igual que en ‘Bosque adentro’ y ‘No hables con Extraños’, a lo largo de sus ocho capítulos, vivencias pasadas de los personajes acuden para trastocar su presente. Pero las taras que penalizaban a las anteriores, quedan aquí diluidas en un conjunto armónico, con empaque.
Mario Casas es un abogado que ha pisado la trena por haber matado accidentalmente a un joven durante una pelea. Un día su mujer (Aura Garrido) desaparece, y los fantasmas de antaño regresan. Alexandra Jiménez se mete en la piel de una inspectora a quien el recuerdo de su padre, que se suicidó cuando era sólo una niña, la persigue. Juana Acosta da vida a una monja asesinada, a quien la policía buscaba desde hace largo tiempo. Las desventuras de estos personajes se van a cruzar en característica propuesta coral.
La serie engancha al espectador
Paulo despoja su mirada sobre la prostitución de cualquier tentación sensacionalista. No hay bofetadas ni afrentas gratuitas al estilo ‘Sky Rojo’. Cada palo y humillación a esas mujeres condenadas a ejercer, como esclavas, el oficio más viejo del mundo duele. »No os podéis imaginar lo que es capaz de hacer un hombre cuando se esconde tras una careta», llega a decir una, reflejando el juego de poder, sometimiento y perversión inherentes a ese mundo.
‘El inocente’ integra este drama con naturalidad en una trama zigzagueante. Dónde los giros de guion parecen auténticos volantazos. Tanta acumulación acarrea que alguno de ellos peque de forzado, al tiempo que conforme ven la luz se tornan adictivos. Las buenas interpretaciones de todo el reparto y una dirección sobria, alejada de libertinajes anteriores, dan forma a una ficción muy entretenida, que se devora de una tacada.
Coben ha encontrado al director que someta su pirotecnia.
Nuestra valoración