‘Manhattan sin salida’, último trabajo del irlandés Brian Kirk, posee casi todos los defectos del género policíaco. Encontrar alguna virtud en esta película apela directamente a la imaginación. La producción corre a cargo de los hermanos Anthony y Joe Russo, conocidos por dirigir los filmes del Universo Cinematográfico Marvel. Y para este cronista resulta incomprensible que autores con cierto reconocimiento, se hayan embarcado en un proyecto de semejantes características.
El título original de la cinta ’21 bridges’, apela a los 4 túneles y 17 puentes que vertebran la isla de Manhattan. Durante una madrugada, la Gran Manzana queda cortada, aislada para dar caza a dos criminales que durante un robo se han llevado por delante a ocho policías. La persecución de los delincuentes está encabezada por los detectives que interpretan Chadwick Boseman y Sienna Miller.
El retrato que Kirk efectúa de los cuatro personajes principales lleva grabado en piedra el sello del cliché. Uno de los delincuentes es malo malísimo, de gatillo fácil, sanguinario. Ese tipo de sujetos arrollados por sus propios actos, incapaces de parar. Terminan deslizándose por una pendiente aniquiladora. Su compañero de fechorías es el reverso de la moneda. Tan perdido luce, que pareciera haber salido de excursión en lugar de a perpetrar un atraco a mano armada.
Argumento vacuo, vacío
La trama de ‘Manhattan sin salida’ es previsible. Corrupción policial de por medio, el espectador siempre va por delante del esquelético guion. Llegado a este extremo, se espera de las escenas de acción algo sustancial, un detalle, un toque distintivo con el que justificar su visionado. Todo en vano. No están mal rodadas (están por encima de la mediocridad general), pero resultan monótonas, merced a unos planos y encuadres reiterativos, sin un ápice de creatividad.
Boseman hace lo que sabe y le dejan. Pone rostro a la integridad en un entorno que huele a chamusquina. Un hombre sólo ante el peligro que acecha por las calles de Filadelfia, lugar dónde está rodado buena parte de este thriller sin sustancia.