Pues nada, Chad Stahelski vuelve a subir el listón otro peldaño en ‘John Wick: capítulo 3 – Parabellum’. Punto álgido de la saga, por el momento. Pero no nos engañemos, este tercer episodio únicamente será cima hasta que, de aquí a un par de años, la futura ‘John Wick 4’ lo liquide como si de papel mojado se tratase.
La gran duda que me invade ahora, y supongo que a muchos os suceda igual, es saber si en algún momento la burbuja explotará. Y mira que lo fácil sería decir que sí. Siempre suele pasar, y más aún al ritmo que va la franquicia. Pero siendo honesto les diré que no lo tengo tan claro como me gustaría. Puede que haya burbuja para rato.
El mundo contra John Wick
‘John Wick: capítulo 3 – Parabellum’, como era de prever, se ambienta apenas un segundo después de lo acontecido en su predecesora, ‘John Wick – Pacto de sangre’ (Chad Stahelski, 2017). El bueno de Wick ha incumplido las reglas de la Alta Mesa, ha matado a un hombre en el Continental. Acto que le ha acarreado la excomunión de la organización de asesinos a la que pertenece. Ahora una enorme recompensa espera a quien sea capaz de darle caza, por lo que John Wick se encuentra huyendo, sin apoyos, y con un buen puñado de enemigos en cada cruce.
Con ese incierto y peliagudo panorama da comienzo ‘John Wick: capítulo 3 – Parabellum’. Cinta en la que ese seductor microcosmos de sicarios sigue expandiéndose, cobrando tanto protagonismo ya en el lote que se convierte en clara bandera del barco. Muy por encima incluso de la propia acción pura y dura, el otro elemento diferenciador del producto.
Derek Kolstad, el genio en la sombra
Es irrefutable la gran labor de guión que hay en ‘John Wick: capítulo 3 – Parabellum’ en particular, y en la saga ‘John Wick’ en general. Una labor que va brillando con más intensidad entrega a entrega. Derek Kolstad, el guionista habitual, se procura aquí de compinches para darle más envergadura al ámbito argumental. Y lo logra. La flor que es ese microcosmos de la Alta Mesa sigue abriéndose, rebelando más y más belleza a medida que lo hace. Parte que te mantiene enganchado al producto, aunque te engañes a ti mismo pensando que son sus estupendas coreografías de acción las que te sirven de adictiva droga.
Y ya va siendo hora de resaltar el gran fondo de armario que reside en todo este particular universo creado por Derek Kolstad. En la saga ‘John Wick’ se nos presenta una distópica realidad habitada por personas muy alejadas del ser humano y prácticamente sin sentimientos, quién sabe si como reflejo de la realidad que vivimos. Una manera de retratar a la sociedad muy Yorgos Lanthimos. Esa sociedad gélida y distante del yo mismo por encima de todo. Película a película se va reafirmando esta lectura, dejando patente esa buena labor de guión de la que antes hablaba, y que no sólo se cimenta sobre expandir su universo.
La guarnición
En ‘John Wick: capítulo 3 – Parabellum’ funciona tanto el ingrediente principal como la guarnición. Al igual que sucedía en las dos cintas anteriores. Otra virtud de la franquicia.
Actoralmente Keanu Reeves es la estrella, pero siempre está estupendamente rodeado. Dejando al margen a los clásicos de la saga, en esta tercera entrega es Asia Kate Dillon la que se gana buena parte de los aplausos. Robándoselos incluso a la anunciadísima Halle Berry, y con total merecimiento. Cosa que también se consolida desde el guión.
Técnicamente nada que reprochar. La acción es nuevamente el plato principal, y como tal funciona. Pero su guarnición funciona con la misma precisión. La fotografía, la realización, la paleta de colores… En fin, nada está dejado al azar, y se nota.
De lo mejor del cine de acción
Nadie osará dudar que, cuando se haga la pertinente lista de lo mejor del cine de acción del siglo XXI, mínimo una entrega de ‘John Wick’ deberá estar en dicha lista. Ahora mismo es ´‘John Wick: capítulo 3 – Parabellum’ la merecedora del hueco, pero no pasaría nada si hiciéramos como con ‘El señor de los anillos‘ y metiéramos la trilogía al completo.
Y si lo están pensando, ¡sí! ‘John Wick’ es la ‘El señor de los anillos’ del cine de acción.