El ecuador de esta 56º edición del Festival de Sitges empieza ya a perderse por el retrovisor, y nuestras ganas siguen tan intactas como el primer día. No así quizás nuestras energías. Pero que no cunda el pánico, fiel lector.
En la quinta jornada del certamen, y dentro de la Sección Oficial a competición, hemos visto ´Brujería´. Producción de los hermanos Pablo & Juan de Dios Larraín, firmada por Christopher Murray, que nos adentra en una recóndita isla chilena en pleno siglo XIX. En ella abrazaremos un reposado drama de terror de tintes folk-horror, con ideas estimulantes, pero que en ningún momento termina de enganchar del todo.
Aunque sea como fuere el cine latinoamericano sigue mostrándose fuerte, y si no ahí está el ejemplo de Demián Rugna y su ´Cuando acecha la maldad´. Una de las cintas con más opciones de alzarse con la victoria el sábado cuando se haga público el palmarés.
Busco justicia, pero la venganza también me vale.
´Brujería´ nos narra la historia de Rosa. Una indígena huilliche que vive y trabaja, junto a su padre, en una próspera granja regentada por una familia de colonos alemanes. Una mañana sucede un hecho del todo inexplicable: todo el ganado aparece muerto y con un misterioso tótem anudado al cuello. Visto el percal al capataz no se le ocurre otra idea que culpar al padre de la muchacha, desembocando en la inmediata muerte de este tras una brutal paliza.
Sin nada ya a lo que aferrarse en el lugar, Rosa decide huir de allí iniciando la senda del autodescubrimiento. Aunque de refilón la chica también buscará justicia. Pero no la encuentra en el alcalde del pueblo, demasiado amedrentado por el poder de los colonos. Y una visita al sacerdote cristiano del lugar tampoco le ayuda a entender los confusos sentimientos que fluyen por su interior, por lo que decide usar una última bala: recurrir a un grupo de hechiceros locales apodados como La Recta Provincia.
Ahí entabla amistad con Mateo, el arisco líder del grupo. El cual la llevará por ese camino en el que justicia y venganza se entremezclan al punto de no saber cuál es la diferencia entre una y otra. Iniciando ya de paso un camino solo de ida para muchos de ellos. Porque Rosa busca justicia, pero la venganza también le valdrá.
A partir de ahí Christopher Murray desarrolla en ´Brujería´ un opresivo drama de cocción a fuego lento, y con no pocos elemento de folk-horror, que nunca acaba de virar con todas las de la ley a ese terror puro y duro que en todo momento merodea el ambiente.
´Brujería´: buenas intenciones bajo la alfombra del ritmo
La base de ´Brujería´ evoca a ´Valor de ley´, bien sea la de 1969 de Henry Hathaway o la de 2010 de Joel & Ethan Coen. Solo que lo aquí firmado por Christopher Murray es más bien la versión esotérica de dicha historia. Rosa hace las veces de Mattie Ross, y Mateo es nuestro Rooster Cogburn particular. La muerte del progenitor de Rosa desencadena una serie de fortuitos acontecimientos que nos llevarán a un arcano viaje sin retorno.
A partir de ahí el tal Murray se contagia bastante de autores como Robert Eggers. Y es que ´Brujería´ también retrotrae, tanto en forma como en fondo, a obras como ´La bruja´ (2015) o ´El hombre del norte´ (2022). Todo ello en un trabajo que nunca pierde de vista los fantasmagóricos y desolados ambientes de Pablo Larraín, y que también supone una oda a los orígenes y a las tradiciones locales en contrapunto a lo que llega de extramuros, evocando a otra cinta que también vimos aquí en Sitges precisamente el año pasado: ´Irati´ (2022), de Paul Urkijo Alijo.
Aunque indudablemente todas esas buenas ideas e intenciones acaban ligeramente sepultadas bajo la alfombra de un plomizo ritmo lleno de frases entre eternos silencios de pasillo de hospital que van minando poco a poco la moral del espectador.
Nuestra valoración:
Tráiler de ´Brujería´