Crítica de ´Abigail´ (2024). La primera gran decepción de terror del año

Tras ceder el testigo de la saga ´Scream´, (al momento de publicar esto, a Kevin Williamson; pero vaya usted a saber por cuántas manos más pasa esa futura séptima entrega antes de ver la luz) Matt Bettinelli-Olpin & Tyler Gillett se pasan al subgénero de vampiros con ´Abigail´. Un film a modo de survival de encierro que, bajo su aparente alfombra de cachondeo y diversión esconde una brutal falta de ideas e incluso talento. Dando como resultante la que se convierte en la primera gran decepción del año en lo que a cine de terror se refiere. Melissa Barrera, Dan Stevens, Kathryn Newton, Kevin Durand, Angus Cloud o Giancarlo Esposito, entre otros, lideran una ramplona propuesta que aterrizó en los cines el pasado 19 de abril.

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Vale más caer en gracia que ser gracioso.

En esta vida, como ya sabrán, vale más caer en gracia que ser gracioso. Y en la industria de Hollywood, tanto Bettinelli-Olpin como Gillett deben de ser la rutilancia personificada. El creciente éxito, tanto a nivel de público como a nivel de taquilla de ´Scream (2022)´ como de ´Scream VI´ (2023), les ha permitido jugar fuerte, apostando por películas propias. Un lujo que, vistas sus aportaciones al género, al margen de los asuntos de Ghostface, se antoja excesivo. Tanto ´Noche de bodas´ (2019) como esta ´Abigail´ que ahora nos va a tener ocupados, acaban siendo demasiado ajo para tan poco chupasangre.

Esa carta de libertad que les está tolerando la industria al tándem de realizadores es un, por el momento, desaprovechado bien. Uno además que duele más aún cuando compruebas, con estupor, como autores tan brillantes y con verdaderas ideas propias estimulantes como, pongamos David Bruckner, acaban continuamente enfrascados en el fango de secuelas barra remakes de grandes tótems del terror por no ser capaces de monetizar sus trabajos.

Y si el cálido abrazo de Hollywood al dúo empieza a ser ya desesperante, no hablemos ya de esa actitud de perdonavidas que ostenta sin pudor hacia ellos y su obra el público. Si ´Abigail´ llevara la vitola de, pongamos BlumHouse, habría sido a la de ya puesta a parir con saña homicida como si no hubiera un mañana. Pero como no es el caso, todo es condescendencia hacia unos Matt Bettinelli-Olpin & Tyler Gillett a los que, de tanto repetirlo, ya se les empiezan a ver los engranajes del truco.

Matt Bettinelli-Olpin & Tyler Gillett repiten sus trucos.

Los seis integrantes de una heterogénea banda de ladrones que acaba de dar un golpe, con aparente éxito y relativa facilidad, llegan, junto al botín, a una mansión. En ella habían sido citados por su misterioso contratante al término del golpe, y allí descubrirán, por las malas, que hay trabajitos que no merecen la pena el esfuerzo.

Así comienza ´Abigail´. Trabajo en el que, sorprendentemente, Matt Bettinelli-Olpin & Tyler Gillett repiten sin ningún tipo de vergüenza el esquema que ya usaron en ´Noche de bodas´. Un perverso y cínico juego del gato y el ratón en una amplia y elegante estancia abierta a infinidad de posibilidades. Todo ello además calcando hallazgos visuales de aquella que, ya de por sí, tampoco es que fueran la invención del fuego.

Lo siento pero ver en ´Abigail´ a Melissa Barrera cubierta de sangre disfrutando de un chupa chups ya no cuela como sí lo pudo hacer, hace un lustro, el ver a Samara Weaving en ´Noche de bodas´ disfrutar de un merecido pitillo y bañada en glóbulos rojos. Y ya ni hablemos del recurso visual que usan aquí  Bettinelli-Olpin y Gillett para finiquitar a los vampiros. El chiste tiene tanta gracia y eficacia como eso de pintarle una polla en la cara a alguien, vamos.

Más trampas en las que cae ´Abigail´.

Y lo peor de todo es que ´Abigail´ cae en las anteriores trampas siendo un film de esos que enseñan la totalidad de sus cartas en un tráiler que deja entre poco y nada a la imaginación de espectador. No hay más cera que la que arde. Y es que, lo que podría haberse moldeado de manera hábil desde su campaña de marketing para venderse con esa ambigüedad que ya luciera una cinta de características similares como es ´No respires´ (Fede Alvarez, 2016), al final opta por jugar todas sus cartas a la baza del disfrute. Una carta que, visto lo visto, no vale.

Y es que, en lo que a diversión se refiere, la versión realmente divertida de ´Abigail´ llegó a nuestras pantallas hace cosa de un año, más o menos, bajo el título de ´Renfield´ (Chris McKay, 2023). Otro caso de película, también de Universal y relacionada con sus monstruos clásicos, y volviendo un poco a eso de lo que hablaba al principio, que no cayó demasiado en gracia precisamente, pero que abordaba el binomio Renfield & Drácula en plan juguetón de manera más edificante que aquí.

Toda decisión en ´Abigail´ parece sorteada a cara o cruz por sus autores.

Otra obra que parece habitar en el ADN de ´Abigail´ no es otra que ´Saw II´ (Darren Lynn Bousman, 2005). Y es que el film, toda vez que arranca, algo que le lleva un rato y que funcionará mejor con quienes no estén al tanto del misterio, establece una especie de sádico whodunit entre sujetos de alguna manera interrelacionados. Pero Matt Bettinelli-Olpin & Tyler Gillett no manejan bien el asunto y al final todo acaba resultando una llovizna que no cala.

A partir de ahí el dúo de cineastas intenta pasar la temática vampírica por su filtro. Un filtro que, finalmente, no es tal. Derivando en un más de lo mismo. Y uno no especialmente inspirado o evocador.

Hay ciertas características vampíricas en ´Abigail´ directamente heredadas de la «Drácula» de Bram Stoker, al igual que otras son desechadas. Pero en verdad todo resulta aleatorio y como sorteado a cara o cruz. Nada parece tener verdadera personalidad o enjundia. Como la decisión esa de hacer que la villana del film sea una fanática del ballet. Una idea que nos lleva directos a ciertos recursos en pos del más vano lucimiento visual, pero que no aporta absolutamente nada más. Vamos, lo mismo podría haberle gustado el bádminton o el k-pop, que hubiera dado igual.

Lo más eficaz del film es su parte central.

Si el primer acto de ´Abigail´ se hace largo, el tercero ya ni se imaginan. Tres cuartos de lo mismo. Y es que además es una sucesión de quiebros y requiebros que ya te está dando absolutamente igual, y que nos hace aterrizar en un golpe final que poco o nada aporta.

En verdad la parte más estimulante de la obra es su tramo central, ahí donde la sádica persecución sin cuartel tiene la importancia que merece. Apoyada en un reparto bastante entonado, aunque haya ciertas decisiones de casting que anticipen el sino de los personajes a lo largo de la trama.

Nuestra valoración:

Nota Rock and Films

Tráiler de ´Abigail´

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