Laureado desde sus primeros tiempos en el cortometraje (ganó el Oscar en esa categoría con ‘Noche de elecciones’, amén de una nominación previa por su primer trabajo, ‘Ernst y la luz’) el director danés Anders Thomas Jensen vuelve a demostrar en su última película, ‘Jinetes de la justicia’, sagacidad para la crítica social desde un agudo sentido del humor. Fusiona comedia, drama y acción desatada en una narración tremendamente ágil y amena, donde lo irracional que llega a ser el comportamiento humano, sometido a sugestión, mana a borbotones.
Mads Mikkelsen es un militar destinado en el exterior. Vuelve repentinamente a casa para hacerse cargo de su hija adolescente tras el fallecimiento de su esposa en accidente de tren. El duelo del protagonista gira hacia los terrenos de la ira cuando un superviviente del siniestro (Nikolaj Lie Kaas) junto a dos amigos (Nicolas Bro y Lars Brygmann) aterricen en su vida. Andan convencidos que tras el aparente percance se esconde algo más. Y la búsqueda de los responsables va a agitar su complejo deambular.
Tres frikis soliviantando el duro carácter del protagonista
Las interacciones de tres frikis con un rudo militar y su hija deja gags hilarantes. La inexpresividad de Mikkelsen, incapaz de exteriorizar sentimientos ante la pérdida, toma tintes de vendetta conforme su estado anímico sea espoleado por una panda de inadaptados. Dejarse llevar por las apariencias, impotencias, prejuicios y estereotipos varios se abren paso con el denominador común de la violencia a cuestas.
Lo que empieza como la típica historia acerca de las dificultades de un hombre para enfrentar sus nuevas obligaciones, tras la desaparición de su mujer, desemboca en un enredo muy entretenido. Notable la capacidad de Jensen para graduar los tonos, pasando de lo trascendente al absurdo sin que el ritmo decaiga. Con un sólido y curtido reparto, ‘Jinetes de la justicia’ explora lados oscuros del proceder humano a partir de maneras desinhibidas, disfrazando una carga de profundidad de las que dejan huella.
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