James Gunn es un transgresor nato, y si algo ha demostrado con su filmografía es que el cine de superhéroes es su particular mesa de operaciones. Lo demostró primero en ´Super´ (2010), y posteriormente en las dos entregas de ´Guardianes de la galaxia´. Y este, cual mad-doctor en su buen afán de pervertidor del género de superhéroes, nos brinda ahora una buena relectura endemoniada tirando a negra del mito de Superman en general, y de ´El hombre de acero´ (2013) de Zack Snyder en particular. Analizamos ‘El hijo’.
La guerra Marvel/DC
Queda muy palpable que ‘El hijo’ nació mientras James Gunn prestaba servicio en Marvel. Ese continuo y efectivo deje de sorna hacia la labor de Zack Snyder en DC, que tiñe todo la obra, lo deja en clara evidencia. Llevado al extremo era un Marvel sacudiendo a DC de manual. Pero he aquí que a finales de 2018 salieron trapos sucios de Gunn en redes sociales, promoviendo tres cosas. La primera, su despido de Marvel; la segunda, el retraso en la promoción de ‘El hijo’; y la tercera, que lo que iba a ser una medio parodia tornase en pseudo homenaje. Esto último quien sabe si fomentado también por la llegada de James Gunn a DC para ponerse al frente de la secuela/reboot de ´Escuadrón Suicida´ (David Ayer, 2016).
Al final la cosa ha quedado en mitad y mitad. En ‘El hijo’ hay muchas evidencias de que Gunn y su equipo revisitan con socarronería ´El hombre de acero´. Planos casi calcados, la misma base para el relato, o una banda sonora que en momentos clave retrotrae a la de Zimmer en aquel film de 2013. Aunque todo ello sin mala fe, que conste. Lo que lleva a pensar en el medio homenaje.
Una historia aún no enfriada
Al final, ese vivir tan cerca del mito de Superman, tanto en forma como en fondo, y la aún candente cinta de Zack Snyder, convierten ‘El hijo’ en una carretera demasiado transitada. Lastre del que le cuesta desprenderse, y que provoca relativo incomodo.
Tori y Kyle Breyer son una pareja con problemas para tener descendencia. Una noche, a las afueras de su apartada residencia, cae un misterioso objeto venido del espacio. Dentro habita un bebe que deciden adoptar y criar como si fuera propio. Más de una década después la pubertad y el misterioso pasado del joven empiezan a llamar a su puerta, desencadenando extraños e irreparables sucesos.
Mecanismos de sobras conocidos
Otra cosa que le pesa a la película es una cierta rigidez en los mecanismos del horror. La realización de David Yarovesky es muy plana, cae demasiado a menudo y con facilidad en recursos muy manoseados ya por el género. Creo que un director algo más experimentado y con más personalidad le habría venido mejor al producto.
Aunque al final ‘El hijo’ no se sobrepone nada mal a ese lastre. Gracias quizás a que, en la parte puramente de horror, resulta muy agradable comprobar como la cinta no rehuye lo truculento, deparando dos o tres momentos bastante hardcore. Pero es cierto que en el film hay más brillo en la parte guion que en la sección dirección. Por eso he citado más a James Gunn que a David Yarovesky. Y sirva como ejemplo el estupendo epílogo, muy Gunn.
En definitiva, ojalá James Gunn siga por mucho tiempo pervirtiendo el cine de superhéroes. Bien como director, guionista, o simplemente productor, como es el caso de ‘El hijo’. Obra que deja muy buen sabor de boca a pesar de sus imperfecciones.
Una respuesta a “Crítica de ‘El hijo’ (2019). Revisitando a Superman”