De los tipos que le produjeron sus películas a Jordan Peele nos llega ‘Antebellum’, ópera prima de los llegados del mundo del videoclip Gerard Bush & Christopher Renz que nos ofrece la pertinente degeneración del movimiento #BlackLivesMatter. La película se orquesta como una paupérrima y ridícula mezcla entre la ’12 años de esclavitud’ (2013) de Steve McQueen y las BlumHouse ‘Fantasy Island’ (Jeff Wadlow, 2020) & ‘La caza’ (Craig Zobel, 2020). Todo ello con la televisiva ‘Westworld’ sobrevolando un trabajo que acaba quedando reducido a mamarracho publirreportaje para el show de Oprah.
Escucha mi reacción en caliente sobre esta peli, nada más salir del cine, en el episodio número 8 de nuestro podcast
Vendiendo humo
Hay una corriente que cabrea mucho en redes sociales en general, y el Film Twitter en particular. La de vender una película, sobre todo hablando de cine de terror, aunque puede extrapolarse a cualquier tipo de género, como: la mejor del año, del lustro, de la década, del siglo o de la historia del séptimo arte. A mucha gente le pasó con obras como ‘Hereditary’ (Ari Aster, 2018) o ‘La bruja’ (Robert Eggers, 2015). A mí, particularmente, me pasó con ‘Llega de noche’ (Trey Edward Shults, 2017). Esa coletilla de “la mejor del…” que, no nos engañemos, es puro marketing o, en su defecto, la opinión de un único sujeto, ha alcanzado ya la fase que viene después de la de ira tuitera: la del meme tuitero.
Yo no pienso negar que lo anterior me cabrea, si dijera que no mentiría. Aunque ya me he adaptado a ello. Adaptarse o morir, supongo. A mí, particularmente, hay una corriente que me cabrea más y a la que aún no me he acostumbrado. Una corriente que a #FilmTwitter parece no despeinarle. Hablo de eso de endosar la etiqueta de película de terror a un film que, en realidad, no lo es. Me desespera horrores. Nunca me acostumbraré a ello aunque haya caído ya tantas veces en la trampa que vaya predispuesto a encontrarme nuevamente con ella, como fue el caso de ‘Antebellum’.
Este film de Gerard Bush & Christopher Renz es un drama. Uno además de tomo y lomo aunque en su parte final evolucione hacia el survival. Pero lo dicho, desde que se empezó a publicitar se ha vendido en trailers, clips y posters como obra de terror. Para atraer a ese público que, de otra manera, seguramente no atraparía la obra ni en sueños. Y no. ‘Antebellum’ no es una cinta de terror. Así que por mi parte quedan avisados. Luego no digan que no se lo advertí.
La punta del iceberg
Podría ser lo anterior el principal lastre de ‘Antebellum’. No sería un mal lastre, yo me hubiera dado por satisfecho. Pero no. Ese disfraz adquirido de película de terror es únicamente la punta de un enorme y robusto iceberg que podría hundir al Titanic y a siete como él.
Verónica es una escritora y activista por los derechos de las minorías negras que vive el auténtico sueño americano. Una mañana despierta sumergida hasta la cabeza en una pesadilla que parecía haber quedado reducida a aparecer solo en los libros de historia. Verónica deberá encontrar la manera de escapar, y poco más puedo contar de la trama del film sin caer en el spoiler, así que me detendré ahí.
Así desarrollan Gerard Bush & Christopher Renz ‘Antebellum’, un film narrativamente dividido en dos partes bien diferenciadas y que transita entre el drama y la intriga hasta llegar a una parte final de toque survival. Aunque en verdad el asunto de la intriga a los realizadores les sale a patadas. Resulta muy sonrojante y doloroso ver cómo el montaje se esfuerza en mantener un halo de misterio sobre ciertos personajes y situaciones. Un misterio que no funciona en ningún momento porque tú, como espectador, siempre sabes lo que están pretendiendo ocultar.
Pero no es ahí el único lugar donde los realizadores patinan, hay más. El tercer acto merece capítulo propio. Podría haberme enfadado la nula sutileza de ‘Antebellum’ en cuanto a lo que pretende transmitir. Una sutileza que hace que Spike Lee a su lado parezca Caperucita Roja. Pero al final eso es un juego de críos en comparación con ese buen número de decisiones de guion que acontecen precipitadas y sin sentido en el tercer acto únicamente porque Bush & Renz, en el segundo acto, se dedican a perder el tiempo. Literalmente. Convertir la película en un bochornoso publirreportaje para el show de Oprah es como para considerar a estos dos señores terroristas. Un tercer acto en el que, por cierto, la credibilidad del conjunto se tambalea más que un funambulista cruzando edificios. Pero no entraré en ello por lo dicho antes de evitar spoilers.
El personaje más repelente del 2020 cinematográfico
‘Antebellum’ posee el honor de tener entre sus filas, cual estrella a lo Leo Messi, al personaje más repelente, odioso y detestable de todo el 2020 cinematográfico: el de Gabourey Sidibe. A la persona que perfiló dicho personaje, digno de encarnar una nueva versión del ‘Hombre asqueroso’ de los siempre geniales Muchachada Nui, solo puedo desearle mil multas de aparcamiento. A ver, tampoco es que el resto de personajes sean más soportables, el de Janelle Monáe se las trae también en cuanto a repelencia. Pero es que lo de Gabourey Sidibe es punible. El típico personaje que se cree un desahogo cómico cuando en verdad solo produce vergüenza ajena.
Janelle Monáe, por cierto, se erige como cabeza visible en ‘Antebellum’, y Jena Malone como su antagonista. Siendo estos los dos rostros más conocidos de un reparto eminentemente de clase B o C que tampoco reporta nada destacable.
Por destacar algo positivo de ‘Antebellum’, que yo creo que todo engendro merece ganarse alguna alabanza, destacaría su banda sonora. La partitura de Nate Wonder & Roman Gianarthur desprende ese aroma añejo y ya casi olvidado a banda sonora de las de toda la vida con un icónico tema central que se repite en los momentos clave del film.
En resumidas cuentas. No les diré que huyan de ‘Antebellum’ porque no es mi estilo. No soy de ese tipo de alertas, creo firmemente que la mejor manera de opinar sobre algo es enfrentándose a ello. Lo que sí les diré es que vayan prevenidos a: A) Encontrar un drama, para nada una cinta de terror; y B) Encontrar una de las peores películas del 2020, sin vaselina.
Nuestra valoración