Cuando el famoso dramaturgo y gran polemista Bernard Shaw invitó al entonces primer ministro Winston Churchill al estreno de su obra ‘Pigmalion’, lo hizo en los siguientes términos: «Tengo el honor de invitar al digno Primer Ministro al estreno de mi obra Pigmalión. Venga y traiga un amigo … si lo tiene «. La respuesta del político fue: “Agradezco al ilustre escritor la honrosa invitación. Lo lamento, pero no podré concurrir a la primera presentación. Iré a la segunda … ¡si se realiza ! Esta y otras muchas anécdotas protagonizadas por el celebérrimo estadista, han sido puestas como ejemplo de ese particular carácter inglés al que nos referimos como flema británica. Este elemento permea ‘Manhunt’, miniserie de tres episodios que ha estrenado Filmin.
Martin Clunes es fiel y digno exponente de esa actitud frente a la vida que no le pierde la cara al sentido del humor, pese a encontrarse rodeado de tesituras incómodas o de compleja gestión. Impertérrito ante los acontecimientos, inalterable emocionalmente, es el inspector jefe encargado de resolver el asesinato de una joven francesa. Hallada en un parque con varios traumatismos en la cabeza, la ausencia inicial de pruebas consistentes trae de cabeza a las autoridades.
Martin Clunes da vida al inspector Colin Sutton
El caso, basado en hechos reales, conmociona a la sociedad londinense. En las postrimerías de su desempeño profesional se sabe a prueba. Nunca ha lidiado con un asunto de semejante empaque, ni con la presión extra que aporta el interés mediático. La serie atesora diálogos repletos de apuntes sarcásticos que me perpetúan la sonrisa.
Un fabuloso deleite mientras nos sumergimos en las minuciosas pesquisas de un policíaco con identidad propia. Las historias que versan sobre la resolución de crímenes reales imprimen una dosis extra de exigencia a sus creadores. Marc Evans, director de ‘Manhunt’, pasa con nota el examen acerca de su credibilidad, merced a unas interpretaciones comedidas y a una narración que nunca desfallece.
Nuestra valoración