El microcosmos que recrea ‘Bienvenidos a Utmark’, serie producida por HBO, cuenta con apuntes sociales de enorme interés. En estos tiempos de intenso debate acerca del futuro (siempre incierto) de esa España despoblada, despojada de gente, que languidece a lomos de una época que mira poco hacia atrás, se agradece una disección del ámbito rural contada con gracia y personalidad. Bajo una apariencia desinhibida y desenfadada se abren paso instintos primarios que nos caracterizan como especie (frustración, anhelos, impotencia, desarraigo, incredulidad). Todo un revoltijo de sensaciones que saben a verdad, a la vida misma.
Estamos en un pueblo al norte de Noruega. Una joven, a un paso de la adolescencia, presencia como su madre abandona a su padre (aquejado de alcoholismo) para llevarla a vivir junto a un vecino sami. La rivalidad entre estos dos hombres no se circunscribe sólo a la posesión de una mujer. Sube de nivel por el ataque del perro de uno al ganado del otro. Las rencillas consiguientes reflejan odio enquistado, desprecio larvado hacia el que tienes al lado, con el que tratas casi a diario. Paradojas que mostrara con gran nervio Jorge Sánchez-Cabezudo en su ópera prima ‘La noche de los girasoles’, donde los dos únicos habitantes de una aldea llevaban sin hablarse largo tiempo por nimios problemas de posesión.
Gran dirección de actores
‘Bienvenidos a Utmark’ se rodea de personajes excéntricos, intentando subsistir con sus propias miserias a cuestas: un policía local adicto al juego; un hombretón que tras espectacular fachada esconde su tendencia hacia el travestismo; una maestra recién llegada al culo del mundo huyendo de su pasado; dos prostitutas albanesas en busca de una vida mejor; traficantes rusos de alcohol a rebufo de la inhóspita frontera.
Unas caracterizaciones que llaman a la puerta de lo extravagante, sin perder de vista su lado humano. La dirige el islandés Dagur Kári, autor que en su anterior largometraje, ‘Corazón gigante’, ya exhibiera capacidad de conmover presentando a gente diferente, inadaptada. Con maneras cálidas y tiernas, amén de una excelente dirección de actores, es capaz de explorar personalidades complejas, presentando sus dificultades para desenvolverse.
Muy buena.
Nuestra valoración