Crítica de ’30 monedas’ (2020). El horror, ahora sí, by Alex de la Iglesia

El pasado domingo 17 de enero aterrizaba en HBO el octavo, y último episodio, de la primera temporada de ’30 monedas’.  Un apoteósico punto y aparte a esa serie con la que, no solo ya se ha abierto al streaming el cineasta Álex de la Iglesia, sino que le ha abierto la puerta de par en par, ahora sí que sí, al horror puro y duro. Sin colorantes ni conservantes.

Llegados a este punto, y a la espera de que HBO nos entregue esas dos temporadas más que el bilbaíno anticipó en el pasado Festival de Sitges, es buen momento para que ’30 monedas’ se confiese ante nosotros.

Pongamos que hablo de Pedraza

Situémonos por un momento en Pedraza, un pequeño pueblo segoviano de esa España vaciada.

Una serie de extraños acontecimientos, tales por ejemplo como una vaca pariendo un bebé humano, coinciden con la llegada al lugar de un nuevo párroco: el padre Vergara. Un cura de oscuro pasado que, por si no bastara con lo anterior, trae consigo una misteriosa moneda que forma parte de las 30 monedas por las que Judas traicionó a Jesucristo. Vetustas reliquias de extraño poder que una secta con aspiraciones de dominación mundial, controlada por el cardenal Fabio Santoro, está reuniendo cueste lo que cueste.

Paco, el alcalde de Pedraza, y Elena, la veterinaria del lugar, se verán inmersos sin pretenderlo, junto a varios vecinos del lugar, en la demencial e impía locura que están a punto de desatar Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría.

Abrazando el horror puro y duro | ’30 monedas’

Bajo esa juguetona y evocadora premisa se desencadenan más de ocho horas de blasfemo fantaterror que viaja, del cine de John Carpenter a la literatura de Stephen King, pasando por William Friedkin, Dan Brown, H.P. Lovecraft o Chicho Ibáñez Serrador. Un vertiginoso tour para el devoto del género, a modo también de sano homenaje, mediante el que el bilbaíno abraza el terror como nunca antes lo había hecho en su carrera.

Quizás eso último haga arquear la ceja a propios y extraños, pero bien meditado descubrirán que llevo más razón que un santo. Y es que, repasando la prolífica obra del realizador descubrimos que el terror puro y duro, con sus cinco letras y en mayúsculas, lo ha tocado poco.

‘El día de la bestia’ (1995) es seguramente la obra del director que más y mejor mira al género. A partir de ahí todo es terror cogido con pinzas.

‘La comunidad’ (2000) se aproximaba mucho, pero la ausencia de elemento puramente fantástico difumina ese hecho. ‘Balada triste de trompeta’ (2010), aunque diera mucho miedo, era un drama. ‘Las brujas de Zugarramurdi’ (2013) y ‘El bar’ (2017) también merodean los terrenos del horror, pero con la comedia llevando siempre la voz cantante.

Muy probablemente el trabajo de Álex de la Iglesia más cercano al horror puro y duro sea ‘La habitación del niño’ (2006). Esa excepcional tv movie que hizo el vasco en aquella antología llamada ‘Películas para no dormir’. Ese cálido homenaje que varios cineastas patrios le brindaron al antes nombrado Chicho y a sus catódicas ‘Historias para no dormir’.

Un trabajo, por qué no decirlo, eternamente por descubrir para la mayoría.

Así que sí. En ’30 monedas’ de la Iglesia se entrega en cuerpo y alma, sin miramientos, y cueste lo que cueste al terror.

Stephen King y John Carpenter, padrinos de la criatura

De entre todos los padrinos que ofrecen su brazo a Álex de la Iglesia en ’30 monedas’, esos que van desde el horror internacional de primer nivel hasta la serie B más denostada, pasando por el fantaterror patrio, dos nombres destacan especialmente. Los de Stephen KIng y John Carpenter. Un cineasta y un escritor cuyos particulares universos confluyen en Pedraza.

El Randal Flagg de la novela de Stephen King «Apocalipsis» se encuentra aquí con carpentianas criaturas al más puro estilo ‘La cosa’ (1982), mientras una densa y ominosa niebla cubre este pueblo castellanoleonés. Ese elemento ya explorado por ambos autores tanto en la película ‘The fog’ (1980) como en el relato «La niebla».

Y así podría seguir, ya que ’30 monedas’ bebe también de la mastodóntica saga literaria del de Maine «La Torre Oscura», tanto como del film ‘En la boca del miedo’ (1994), al tiempo que Pedraza se transforma en una suerte de pueblo maldito a lo «El misterio de Salem´s Lot».

’30 monedas’ – Ocho episodios en la cima

Desde aquel glorioso primer episodio titulado ‘Telarañas’, la mejor película de terror del año 2020, y hasta ese octavo y apoteósico llamado ‘Sacrificio’, por muchas estaciones hemos pasado. Pero una cosa es evidente: ’30 monedas’ no ha descendido de la cima en la que empezó.

Monstruos aterradores, objetos malditos, balas mojadas en agua bendita, ritos satánicos, embrujos, mezquindad rural, sectas, niebla a lo Londres gótica, suplantaciones de personalidad, exorcismos, símbolos paganos, gore… En fin, el catálogo de vilezas que nos ha brindado Álex de la Iglesia para hacernos gozar como cerdo en cochiquera es genial.

Y aunque el episodio piloto es el que más fácilmente se ganó el aplauso del devoto, puro fuego de artificio, he de admitir que mi favorito siempre será el tercero. Ese apodado ‘El espejo’.

Una entrega que mezcló a la perfección ese tono de procedimental con episodios autoconclusivos con el que se estrenó allá por noviembre ’30 monedas’, con esas intrigas conspiranoicas que anticipaban ese soberano arco dramático general con el que iba a terminar el producto.

La logia de Fabio Santoro, los Cainitas, dándonos una cálida bienvenida en su seno.

Pero cómo no resaltar también esa estupenda two-hour series finale, compuesta por los episodios siete y ocho, ‘La caja de cristal’ y ‘Sacrificio’ respectivamente, a modo de película. O esa mid season 2 hour finale con los capítulos cuatro y cinco, ‘Recuerdos’ y ‘El doble’ respectivamente. Esos donde se nos narrarían los orígenes del padre Vergara y su relación con los Cainitas.

Un reparto para canonizar el de ’30 monedas’

Otro gran pilar de ’30 monedas’ es su reparto. Un elenco coral, como en Álex de la Iglesia es habitual, directo a la canonización.

Cualquier halago a Eduard Fernández sería caer en la obviedad.

Él, y su padre Vergara, se establecen como soberbia némesis de aquel padre Berriatúa interpretado por Álex Angulo en ‘El día de la bestia’. Sus cualidades actorales han sido ya más que demostradas en una dilatada carrera que roza aquí ademanes de iconicidad con un antihéroe de singular porte, un poco a lo personaje de Francisco Ibáñez, pero de noble espíritu a lo Yoda.

Elena y Paco, Megan Montaner y Miguel Ángel Silvestre, se establecen como alumnos perfectos del padre Vergara. Dos personajes que se ganan el cariño del espectador en apenas fotograma y medio.

Especialmente destacable es lo del segundo, con un sólido Miguel Ángel Silvestre armando ese apocado alcalde que empieza como desahogo cómico y termina casi como terrenal Luke Skywalker en toda regla.

Ninguneado por la prensa en los premios Feroz, pero conformando el que es, seguramente, el segundo mejor arco dramático de la serie en lo que a personajes se refiere.

En el lado oscuro destacan el poliglota Manolo Solo y el caos reptante Cosimo Fusco. Dos rotundos villanos carne de merchandising.

Y pululan de fondo a lo largo de estos ocho episodios una serie de secundarios que siempre cumplen con solvencia cuando se les reclama.

Y ahora solo nos queda relamernos en esta primera temporada de ’30 monedas’, como si fuera sangre de nonato, mientras llega una segunda tanda de episodios que ocupe el vacío que ha quedado en nuestras vidas.

Nuestra valoración

Nota Rock and Films

Tráiler de ’30 monedas’

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