‘Futuro imperfecto’ es el título que lleva el primer álbum de los extremeños Heiser. Un primer disco que, si este mundo fuera justo, auguraría un futuro perfecto para esta banda de tan solo dos años de existencia. Tiempo suficiente para regalar al mundo un trabajo redondo y de calidad que muchas bandas quisieran. Sin duda Heiser se convierte con este debut en una banda a tener muy en cuenta y a la que habrá que seguir muy de cerca.
‘Futuro imperfecto’, de Heiser
El tema de apertura, de título homónimo al disco, ya pudimos escucharlo antes del lanzamiento del LP como tercer adelanto del mismo. Un tema de seis minutos de duración que ya nos induce a pensar que no vamos a escuchar algo convencional. No nos equivocamos. Con este ‘Futuro imperfecto’, Heiser nos invita a pasar a su hall musical para explicarnos de una manera cálida y emocionante lo que nos vamos a encontrar en este disco: líneas instrumentales muy marcadas y contundentes, letras muy cuidadas y una estructura musical en la que no vale confiarse.
Seguimos el viaje con ‘Arañas’, un tema que arranca con mucha fuerza y que deja mostrarse al bajo de Rubén y a la batería de Armando con mayor profusión, indicándonos claramente que aquí todo lo que suena tiene sentido por sí solo.
El siguiente corte, ‘El disfraz’, es hasta la fecha el tema que más estoy disfrutando de este disco. Y digo hasta la fecha porque estoy seguro que, como pasa con los buenos discos, la canción en la que me fijo irá cambiando a medida que lo escuche más y más. En ‘El disfraz’ nuevamente estamos ante un tema de larga duración, que arranca suave para ir subiendo de a poco hasta llegar a una zona media en la que Heiser despliega un espectacular ejercicio coral y vocal donde la voz principal de Jose, nos muestra hasta dónde es capaz de llegar, envolviéndonos en un ambiente oscuro que nos transporta hacia un trash metal clásico que hace que perdamos el norte por momentos.
Y ‘Pierde el norte’ es como se llama el cuarto corte de este álbum de ocho temas. Una canción que desde su inicio nos lleva, en esta ocasión, hacia un post-punk a lomos del bajo ultra distorsionado de Rubén, seguido por las guitarras de Emilio y Javi al mismo nivel de distorsión. Quizás nos encontramos ante el tema más dispar del disco, haciendo honor a su nombre, comprobando nuevamente que no podemos dar nada por sentado con Heiser.
Nos adentramos en la segunda mitad de este ‘Futuro imperfecto’, de la mano del que fue el primer sencillo que pudimos escuchar de la banda, ‘Catedrales’. Un tema que nos hace recordar por qué estamos escuchando este disco completo. Y es que ‘Catedrales’, fue la perfecta punta de lanza de este trabajo en el que no hay canciones que estén por estar.
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Con ‘Levitar’ y ‘No habrá paz’, nuevamente nos desplazamos hacia otros territorios en esta ocasión más serenos. Nos encontramos en estos dos temas un rock más melódico que puede ser el «culpable» de que se etiquete a Heiser como grupo indie, algo que en mi opinión no es correcto, si sólo lo enmarcamos en ese género. Heiser es, aunque ellos no quieran etiquetarse, un grupo eminentemente rock, que explora los confines de este género sin miedo y sin encasillarse, pero siempre dentro del amplio plantel de subgéneros que el rock nos ofrece en el que, por supuesto, también se encuentra el indie.
Por último, este álbum cierra con el que fuera el segundo adelanto de la banda antes de lanzar su disco completo. Un genial ‘Sigo vivo’ que una vez escuches se te quedará a fuego en la mente y corearas fácilmente tras una segunda escucha. Además, nos gustaría pensar que este título también hace referencia a lo que está por venir de Heiser que, esperemos, sea mucho.
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Listón alto
En definitiva, podemos decir que este primer álbum de Heiser sitúa el listón de los extremeños muy alto. Todos los temas tienen una estructura alejada de la convencional: estrofa-estribillo-estrofa-estribillo-final tan presente en el rock. Mientras escuchas cualquiera de los cortes del LP, de pronto aparece una estrofa que no esperas, pero que encaja a la perfección y que dota a este ‘Futuro imperfecto’ de una personalidad propia y característica que esperamos se convierta en sello de la banda.
Cuando piensas en el sonido lógico que va a tener cualquiera de las ocho canciones del disco, Heiser te golpea con un cambio de dirección que renueva tu interés por lo que oyes y te hace escucharlo desde otro lugar, volviendo a su cauce una vez pasadas las turbulencias. Esas turbulencias que inyectan adrenalina en las venas y que una vez pasadas nos hacen venirnos arriba y asentir como diciendo «así se hace, sí señor», para seguir disfrutando el viaje con mayor emoción y con un recuerdo ya imborrable.
Enhorabuena, Heiser.
Nuestra valoración