Quentin Tarantino, uno de los cineastas más extrovertidos e influyente del cine del siglo XX, presenta su novena y quizás penúltima película antes de jubilarse: Once Upon a Time in Hollywood (Érase una vez en Hollywood).
Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie o Al Pacino forman parte de este peculiar homenaje y muestra de amor incondicional del excéntrico director al mundo del cine, tal y como hizo Giuseppe Tornatore con Cinema Paradiso. Eso sí, con su talento y desmesurada forma de ver el mundo.
La historia es tan real como fantástica o tan verdadera como alejada de la realidad. El cineasta nos traslada a Hollywood de 1969, donde el LSD, la guerra de Vietnam o sonidos tan contraculturales como ‘California Dreamin’ forman parte de la idiosincrasia norteamericana de la época.
El personaje principal es Rick Dalton (DiCaprio), una antigua estrella del western televisivo venido a menos que intenta adentrarse en el nuevo cine que se produce. A su vez, Charles Manson y su banda de sádicos hippies sobrevuelan Hollywood.
Ambas historias se combinan y trastocan la percepción, conciencia y sentimientos de lo que estamos viendo, al tiempo que nos hace vivir sensaciones y visualizar imágenes que pueden parecer reales pero que no lo son.
Según afirmó Quentin en una entrevista, “la película es quizás el resumen de toda mi carrera”. Para nosotros, ‘Érase una vez en…Hollywood’, es otra obra maestra.
Y la crítica… ¿Qué opina?
La obra de Quentin Tarantino justifica que, debido a su excelente filmografía, despierte gigantescas expectativas para la industria, informadores y críticos del séptimo arte. La inmensa mayoría opina que es excepcional. Algunos, en cambio, discrepan.
Para analistas de la talla de Carlos Boyero (El País) el film exhibe una “lamentable falta de gracia, por una trama que no se sabe bien adónde pretende conducir, por diálogos insustanciales y carentes de ingenio, por situaciones alargadas hasta el aburrimiento, por actores excelentes como Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Al Pacino que parecen tan perdidos como su director”.
En cambio otros afirman que Tarantino “ha logrado una película compleja y extraordinaria que ondea las banderas de la utopía y el deseo desde el territorio de nobleza y precariedad de los que han sido tempranamente expulsados del sueño”, según indica Jordi Acosta (El País).
Luis Martínez (El Mundo) u Oti Rodríguez (ABC), por su parte, la describen como una obra «descomunal y plena del artista, en su rareza, cargada de momentos brillantes y técnicamente prodigiosa.
Conclusión (spoiler)
Para nosotros lo mejor del film es la pasión, admiración y respeto que refleja en cada uno de sus planos por el cine y la capacidad para hilar de forma sublime las historias entrecruzadas. Además, las licencias que Tarantino hace de la historia original de Manson, Sharon Tate y cía es digna de aplauso.
Todo el mundo, conociendo su afán por el gore exagerado, temía en cierto modo cómo podría poner en pantalla aquellos horribles asesinatos en la casa de los Polanski. Lo que finalmente pasa, en un alarde narrativo excepcional y mezcla de caos y risa, es brillante.
Cabe destacar las actuaciones de Leonardo Di Caprio y Brad Pitt, ambos actores son parte ya de la historia del cine reciente y, con sus interpretaciones y chispa, copan la pantalla de un nivel que, en unos años, echaremos de menos.
A nivel visual la película es bella y te hace añorar aquellos maravillosos años. La violencia, marca de la casa, queda quizás en un segundo plano, al igual que los diálogos, que en muchas ocasiones hubieran sido más que necesario. De ahí que en ciertos tramos la película de la sensación de no terminar de arrancar.
Sea como fuere, con Erase una vez en…Hollywood hemos disfrutado de una película tan conmovedora que, con el pasar del tiempo, nos daremos cuenta que era tan necesaria en la historia del cine como su director.
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