Forrest Tucker fue un rara avis en la historia criminal americana. Décadas de robos, con entradas y salidas de la cárcel en espectaculares fugas, conforma el currículum de este personaje conocido como el ladrón amable. De él se dice que perpetraba sus atracos con exquisitos modales, amén de una sonrisa en la boca, que parecía transmitir la dicha del que se encuentra realizado. Revisamos, ‘Un caballero y su revolver‘.
Robert Redford se despide del cine
En esta película, inspirada en sus últimos años de acción, el papel lo interpreta uno de los actores más carismáticos de todos los tiempos. Su nombre ha quedado grabado en la historia del cine. David Lowery, claro de ideas y consciente de las potencialidades, pone el foco y los recursos para el lucimiento de Robert Reford. Habiendo sido uno de los grandes, no defrauda en la que ha dicho es, su última aparición como actor. Agranda la pantalla con genuino sentido del humor, formas y maneras de galán clásico, en una puesta en escena muy ochentera.
Peculiar trío de delincuentes
Al frente de un trío de ladrones septuagenarios, sus continuos golpes de guante blanco a bancos repartidos por buena parte de la geografía norteamericana, van a traer de cabeza a las autoridades. Con la prensa haciéndose eco de semejantes andanzas, el inspector al frente del caso, al que da vida Casey Affleck, va a padecer la angustia de la urgencia.
Tucker compagina su ajetreada vida con el coqueteo a una viuda (Sissy Spacek), con la que muestra una simpática sintonía. Y paradojas de la vida, mientras se emplea a fondo en sus conquistas sacando a pasear todos sus encantos, su caída se cuece a fuego lento a lomos de una mujer despechada.
‘Un caballero y su revolver’ es una modélica obra en sus intenciones. Constituye una muy digna despedida para un talento cinematográfico de semejante talla. Hasta siempre señor Redford.