‘Tigre blanco’ es una nueva coproducción de Netflix que nos transporta a la India. Ese enorme país asiático donde la riqueza más exuberante y la pobreza más lacerante conviven puerta con puerta de manera natural y sin apenas sobresaltos. Quien nace rico, muere rico y quien nace pobre, muere pobre. Algo sin duda extrapolable a gran parte del mundo, pero con distintos niveles de literalidad.
Confiar en el amo
‘Tigre blanco’ nos presenta la historia de Balram Halwai, un joven y pobre aldeano que ha sido criado para servir a sus amos, como tantos otros de su entorno. Para eso nacen, para eso se les entrena y con ello viven el resto de sus días sin plantearse que otra vida es posible. Pero nuestro protagonista, Balram, no es persona conformista. Tirando de inteligencia y apoyado en su ambición personal, emprenderá una lucha por escalar posiciones para dejar de ser un pobre chico de campo y convertirse en un exitoso empresario en la India moderna.
Es el propio Balram el que nos narra su historia de crecimiento y ascenso social en esta película satírica cargada de humor ácido. Cuando se le presenta la oportunidad, no duda en aprovecharla, y así es como se convierte en chofer de Ashok y Pinky, una joven pareja india, pero procedente de Estados Unidos, que son miembros de una de las familias más poderosas en la India.
Con ideas occidentales, Ashok y Pinky son los amos perfectos para un joven lleno de aspiraciones como Balram. Su vida mejorará notablemente por el simple hecho de conducir para la pareja, tanto en lo personal como en lo económico. Pero todo esto cambia en cuanto las cosas se tuercen un poco. Es en ese momento, es cuando la cultura de «el pez gordo se come al chico» sale a relucir, y Balram se verá envuelto en una corruptela que lo atrapará y salvará a sus amos. Este será el punto de inflexión que hará que Balram se levante contra un sistema injusto y corrupto para alzarse y convertirse en un nuevo tipo de amo.
‘Tigre blanco’ te va a gustar
‘Tigre blanco’ es una de esas joyas que de vez en cuando aparecen en el catálogo de Netflix. Una película muy crítica con la sociedad india actual que no desaprovecha la historia que nos cuenta para retratar a políticos corruptos, a un sistema de clases obsoleto e inhumano y, por supuesto, a una cultura occidental que en los momentos buenos puede sacar lo mejor, pero a la primera de cambio saca su peor cara.
‘Tigre blanco’ se apoya en un ritmo vertiginoso, en unas buenas interpretaciones, en una buena dirección —por parte de Ramin Bahrani— con un uso de la cámara impecable y que nos deja unos planos para enmarcar; y en una potente historia, que hace que nos encontremos con una muy buena película. Sus algo más de dos horas de metraje, no se convierten en un lastre e incluso nos deja con ganas de más. Y el ascenso social de Balram, interpretado por un enorme Adarsh Gourav, va en paralelo con el desarrollo de la cinta la cual no llega a decaer en ningún momento.
Película muy recomendable esta ‘Tigre blanco’ que tras acabar de verla me deja con ganas de volverla a ver. ¡Chapó!
Nuestra valoración