Probablemente nadie como los asiáticos han vivido tan intensamente y con tanto éxito el sueño americano. La población que hunde sus raíces al otro lado del pacífico tiene un nivel de renta superior a la media. Aquello de trabajar duro para progresar es un lema que han hecho propio. El protagonista de ‘Tigertail’, (Tzi Ma) producción original de Netflix, es buen ejemplo de ello. En las postrimerías de su vida este hombre rememora su periplo, hace balance.
En el convulso Taiwán de posguerra, un niño huérfano de padre vive una infancia extrañando la figura materna. Sintiendo un enorme apego por su madre viuda, desea darle una vida mejor, sacarla de la pobreza, proporcionarle una retirada digna, una vivienda en condiciones. El país de las barras y estrellas se perfila como bálsamo de Fierabrás. Vemos alguien al que le ha sonreído la fortuna en lo material, y a sus hijos les ha dado oportunidades de las que él careció. Sin embargo, en su rostro se dibuja la desilusión. Ésta es la idea central de la película, a partir de la cuál se desprenden interrogantes de gran calado, para nada insustanciales: ¿cuál es el precio a pagar por hacer realidad los sueños? ¿Ha merecido la pena? ¿Qué hubiera ocurrido si … ?
El protagonista no es capaz de pasar página
Alan Yang, que debuta en el largometraje con ‘Tigertail’, propone un drama de inmigrantes hondo, delicado en las formas pero abrupto en el fondo. Buceando en los sentimientos intransferibles de una persona, expone las complejidades de la vida, lo irreversible de ciertas decisiones. Una carga de profundidad en toda regla. Sobre el protagonista pesa la amargura de lo que pudo ser y no fue. Muestra su lado más visible en un carácter atormentado por el pasado, que toma la frialdad emocional como continuación penitente a una vida entendida en clave de sacrificio.
Como corolario se impone el fracaso en las relaciones personales. Yang presenta una víctima del sueño americano diferente. Su fracaso bebe de razones íntimas, nada tienen que ver con las bondades o no del sistema que lo acoge. No tener un culpable inequívocamente identificado acrecienta la sensación de zozobra, y abre paso a la infelicidad.
Nuestra valoración
Una respuesta a “Crítica de ‘Tigertail’ (2020). ¿Vale de algo mirar atrás?”