‘The Parts You Lose’ es la primera película, fuera de la televisión, del escritor, productor y director norteamericano Christopher Cantwell. Por su argumento, invita a pensar que nos encontramos ante un thriller de estructura clásica. Sin embargo, se configura más como un drama existencial, con la incertidumbre hundiendo sus garras en las espaldas de los protagonistas.
Un niño encuentra a un hombre herido
Wesley (Danny Murphy) es un niño sordo que vive en un pequeño pueblo de Dakota del Norte. Un día encuentra tirado sobre la nieve a un hombre malherido (Aaron Paul), y decide llevarlo a una granja cerca de su casa. El sujeto es un peligroso delincuente que está siendo buscado por las autoridades. Lo oculta, proporcionándole sustento y compañía. ‘The Parts You Lose’ juega con la relación que van a entablar a lo largo de varios días.
El inhóspito pueblo en que tiene lugar la acción, con nubes perennes que no dejan ver el sol, la desvencijada granja en que joven y adulto van a conversar y varios planos cenitales que alumbran un desangelado desierto helado, un gigantesco permafrost, son las armas con las que Cantwell habilita el entorno. Forja así una película triste, que se agarra con fuerza a la melancolía.
Los afectos que entablan niño y delincuente, invitan a la reflexión
La vida de este joven no es fácil. ‘The Parts You Lose’ la muestra a partir de la insinuación, pisando terrenos ambigüos. Sus compañeros de clase se burlan de él, le pegan de vez en cuando mocos en el pelo. ¿Se puede considerar bullying? Su padre no acepta la discapacidad de su hijo. La afronta a partir de cierta amargura, que deja paso al grito y en ocasiones al mamporro. ¿Es maltrato?
El rostro de Wesley lleva inscrito la ingrata sensación del desapego. Por ello, la empatía que entabla con un desconocido, al que él mismo ha rescatado del frío, supone una denuncia en toda regla. Y deja paso a preguntas muy incómodas, de respuestas nada triviales.
Redención y traición se abordan con igual sutileza, dando forma a una obra desasosegante, grande en pequeños detalles, que suscita la reflexión.