No se le puede reprochar al guionista y director Sean Durkin de improvisación en sus incursiones artísticas. Tras nueve años de su ópera prima ‘Martha Marcy May Marlene’ (2011), vuelve al largometraje con ‘The Nest’. En 2013 hizo una incursión para la televisión en forma de miniserie, ‘Southcliffe’, pequeña joya que pasó en buena medida desapercibida para el gran público. Su nuevo trabajo retrata a un perdedor. Una de esas personalidades inquietas, de hiperactividad no tratada en edad escolar, que abusa del impulso para desenvolverse en el ámbito profesional, arrastrando a su entorno más cercano.
Jude Law interpreta a un padre de familia que, pese a las reticencias de su esposa (Carrie Coon) se establece en Londres. Procedente de Nueva York, busca nuevas oportunidades de negocio. Probar fortuna en el viejo continente con el poso adquirido en la cuna del capitalismo. Vuelta a los orígenes, poniendo en marcha esa cosa tan etérea llamada innovación, que le asegure el éxito económico. Se instalan en la típica casa de campo inglesa. Un lugar donde la adaptación pasará por múltiples pruebas.
Sólido drama. Bien interpretado
‘The Nest’ sabe trasmitir desazón e incomodidad con una escenografía sencilla, pero estudiada hasta el más mínimo detalle. La enorme casa de campo londinense provoca miedo en el hijo pequeño, sensaciones encontradas en la mayor y malestar creciente en la esposa. Algunas secuencias parecen sacadas del subgénero de casas encantadas, como si el susto de rigor fuera inminente. Durkin imprime nervio y tensión no sólo a partir del entorno, también manejando las tiranteces matrimoniales, las reuniones de trabajo y ciertos convencionalismos de índole social.
La película, que se aleja de cualquier tentación moralista, desprende un aroma profundamente triste, conforme el personaje de Law decepciona a su cónyuge afanándose por vender humo. Aparentar lo que no se es, intentando hacer copartícipes a los demás de sus anhelos, mediante una verborrea tan hueca como vacía.
Estupenda y desgarradora escena final, exhibiendo la impotencia y el desengaño con toda crudeza.
Nuestra valoración
Una respuesta a “Crítica de ‘The Nest’ (2020). Vender humo”