Crítica de ´La hermanastra fea´ (2025). Sin príncipe, pero con premio

Engalanada llegó a Sitges, y engalanada se va. Tras pasar, causando bastante ruido, por los festivales de Sundance y Berlín, ‘La hermanastra fea’ abandona la 58° edición de Sitges llevándose, no un príncipe, pero sí el premio a mejor película dentro de la sección oficial. La debutante Emilie Blichfeldt se consagra en el certamen catalán dándole una perspectiva diferente al clásico cuento de la Cenicienta. Ahora la protagonista del relato es una de las hermanastras. La cual sufrirá en sus carnes la losa del culto al cuerpo en pos del príncipe de turno. Todo ello en un film nada sutil y con filia por el impacto directo cuyo mayor lastre son las obras con las que ha sido comparado. Unas expectativas que no puede satisfacer, y que acaban tornando en involuntaria trampa.

´La hermanastra fea´ llegó el pasado 17 de octubre a nuestros cines, menos de veinticuatro horas antes de tocar la gloria en Sitges. Y lo hizo además acompañada de otras tres cintas que también lucieron palmito por el festival: la japonesa ´Exit 8´ y las norteamericanas ´Good boy´ y ´La vida de Chuck´. Un cuarteto muy estimulante y variado que anticipa lo que está por llegar a nuestras carteleras de una 58º edición del certamen muy cargadita de nivel y propuestas.

¿Es justo el triunfo de ´La hermanastra fea´ o es un mero empujón de Sitges al desempeñar comercial de la obra en tiempos de hambruna?

Analizar, e incluso justificar la victoria de ´La hermanastra fea´ en Sitges es un asunto complejo. No solo ya porque, atendiendo a lo puramente cinematográfico, esta ópera prima de Emilie Blichfeldt no tenga hechuras suficientes como para ocupar tan elevada posición. Mas bien porque, en lo extracinematográfico, la decisión plantea ciertas dudas razonables sobre la obtención de tan importante galardón. ¿Es acaso el premio a mejor película un mero impulso del certamen a la cinta es su llegada a los cines nacionales, aprovechando que su estreno y la lectura del palmarés prácticamente han coincidido en espacio y tiempo? Todo ello, además, justo cuando se mira con lupa el desempeño de las triunfadoras de los festivales en esa escuálida taquilla siempre necesitada de impulso externo.

Casualmente, el mismo viernes en que ´La hermanastra fea´ ha aterrizado en nuestros cines, lo ha hecho también la flamante ganadora de la última edición de Cannes: ´Un simple accidente´. Y lo ha hecho no teniendo piernas suficientes como para colarse en el top ten de las más vistas ni viernes ni sábado ni domingo. Un trágico destino que también ha corrido la de Emilie Blichfeldt. El lunes esto cambió para la vencedora en Cannes, al colocarse en una meritoria séptima posición. La triunfadora de Sitges no gozó de tanta suerte. Lo que nos lleva a plantearnos si, en ese aspecto, ¿ha servido de algo el comodín festivalero?

Cambio de perspectiva, que no de senda.

Aparcando lo extracinematográfico, un melón que da para mucho más que dos simples párrafos, llegó el momento de analizar ´La hermanastra fea´ en lo que debería importar: lo cinematográfico.

La noruega Emilie Blichfeldt debuta en el largometraje haciéndonos ver el clásico cuento de la Cenicienta desde otra perspectiva, la de una de sus hermanastras. Aunque, para ser honestos, dicho prisma no hace que el relato transite por sendas desconocidas. ´La hermanastra fea´, aunque muchos puedan pensarlo, no juega a eso que se ha puesto tan de moda ahora de dar la vuelta a cuentos infantiles bañándolos de horror, como sí hace el Twisted Childhood Universe con propuestas como ´Winnie the Pooh: Miel y sangre´ (Rhys Frake-Waterfield, 2023) o la muy recomendable ´Peter Pan, pesadilla en Nunca Jamás´ (Scott Chambers, 2025). Aquí la cineasta simplemente nos muestra el otro lado de la historia, convirtiendo a la hermanastra en una víctima más del sistema.

En ese aspecto, más de un espectador se llevará una decepción esperando en ´La hermanastra fea´ algo más trash e incluso camp. Algo que hubiera casado a las mil maravillas con lo negra y cruenta que es por momentos la obra. Pero no. Emilie Blichfeldt no va por ese lado. O al menos no tanto como pudiera. Y bueno es asumirlo de antemano.

Lucha encarnizada entre lo que quiere ser ´La hermanastra fea´ y lo que el espectador cree que aspira a ser.

Toda vez asumido, y superado lo anterior, ´La hermanastra fea´ desempeña otra lucha no menos encarnizada: esa batalla contra las obras que quiere ser, o que el espectador cree que aspira a ser, pero que nunca alcanza. Bien porque no quiere o porque no puede.

Por tono, e incluso por estética y puesta en escena en no pocos momentos, Emilie Blichfeldt parece querer codearse de tú a tú con Anna Biller y su ´The love witch´ (2016). Las ensoñaciones de Elvira son el mejor ejemplo de lo anterior. ´La hermanastra fea´ quiere ser una revisión de obvio cariz feminista a los clásicos tropos del cuento de hadas de toda la vida. Pero la autora noruega se queda en el intento.

Remando en esa última dirección, la del cuento y la obsesión estética, la película también quiere ser una fantasía oscura que, ya de paso, le dé la vuelta al relato base. Un poco en la senda de ´Gretel y Hansel, un oscuro cuento de hadas´ (Osgood Perkins, 2020). Un lugar al que ´La hermanastra fea´ tampoco acaba llegando. Aunque aquí sí tengo claro que la Blichfeldt no quería llegar tanto como el espectador sí desea que llegue.

Y es entonces cuando nos topamos con la losa que más daño le puede hacer al film, las reminiscencias en lo temático y tonal con ´La Sustancia´ (Coralie Fargeat, 2024). Para Emilie Blichfeldt el culto al cuerpo, la tiranía de la belleza y el reinado del hetero patriarcado también acaban siendo claro timón de su obra, como lo fuera hace prácticamente un año para la Fargeat. Siempre además con lo grotesco como bandera. Pero es que, más allá de ese parecido, ´La hermanastra fea´ no puede sostenerle una mirada de tú a tú a aquella.

Valoremos el atrevimiento de Emilie Blichfeldt.

A partir de ahí ´La hermanastra fea´ osa navegar, un valor y atrevimiento que hay que tenerle en cuenta a Emilie Blichfeldt, siendo esto además una ópera prima; esas imponentes aguas. Sin olvidar mencionar etiquetas y nombres ya clásicos en este tipo de propuestas, y que se vociferan cual fácil letanía carente de cualquier tipo de significado, como los del body horror y David Cronenberg respectivamente. 

Ciertamente, una película a la que nos ha recordado ´La hermanastra fea´, por encima incluso de las anteriormente mencionadas, es ´A different man´ (2024), de Aaron Schimberg. Cinta también hija de Sitges. Y tenemos muy claro que, si alguna vez los yankees hacen un remake del film de Emilie Blichfeldt, cosa nada desdeñable, Sofia Coppola debería ser de las primeras en la terna de candidatas. Y quien piense que la Coppola no se acercaría al terror ni con un palo, que se vea ´La seducción´ (2017).

Nuestra valoración:

Nota Rock and Films

Traíler de ´La hermanastra fea´.

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