‘Jo Pil-Ho: El despertar de la rabia‘, lleva uno de los sellos que cotizan al alza. No, no hablo de Netflix, (que también), hablo del cine coreano. Dentro del cine coreano, el género thriller ha ido adquiriendo a lo largo del tiempo una merecida fama y se ha convertido en sinónimo de espectáculo y calidad para los muchos amantes de este género cinematográfico. Género caracterizado en los últimos tiempos por ser prolífico en títulos pero carente en demasiadas ocasiones de originalidad, con propuestas marcadas por el sello de la redundancia.
La ficción coreana, por lo general, supone un oasis en medio de este desierto de ideas del que hablo, en la que Hollywood suele llevarse la palma poniendo sus estrellas bajo el paraguas de productos indecentes, en busca de una rentabilidad tan alta como injustificada ante la escasa calidad del producto.
Dirigida por Lee Jeong-beom
Lee Jeong-beom firma su cuarto largometraje como director, sin salirse de la temática policíaca en la que se desenvuelve con soltura. Si no lo conocen, recomendaría el visionado de ‘El hombre sin pasado’, no les defraudará. En ‘Jo Pil-Ho: El despertar de la rabia‘, un detective de homicidios, amoral y enredado en una serie de corruptelas que le ponen bajo el foco de asuntos internos, va a pinchar en hueso cuando un robo sale mal, viéndose envuelto en una espiral que le hará descubrir la corrupción que habita en las alturas.
Acostumbrado a moverse entre las bajuras, sus principios se pondrán a prueba cuando tenga que interactuar con una adolescente, metida por accidente en el fregado, que le provocará cierta zozobra sentimental.
Ritmo frenético
Las deficiencias del guión quedan en segundo plano ante dos aspectos incontestables: un ritmo que va in crescendo conforme avanza el metraje; y una poderosa puesta en escena que tiene la virtud de mantenerme enganchado sin que me desentienda de lo que acontece.
El final, que lleva el sello de su creador, puede resultar un tanto grandilocuente o hiperbólico. Pero estas son las pequeñas licencias que se permiten los autores con personalidad.