La inteligencia artificial es objeto de intensos debates entre los científicos. Sus derivaciones éticas, morales, económicas y hasta geoestrátegicas, forman parte de un mundo que cambia a velocidad de vértigo. Y adivinar el porvenir que nos depara el avance tecnológico no parece sencillo ni trivial. ‘I am mother’ es una producción de Netflix, ópera prima de Grant Sputore, que plantea una distopía. Un futuro en el que la humanidad languidece.
Droide y niña en aparente armonía
Una adolescente va a ser criada desde su nacimiento por un droide. Ella le llama madre y la máquina hija, en una interacción que se desarrolla en el interior de un avanzado complejo, sin contacto alguno con el exterior. Sputore acierta en el planteamiento. La curiosidad humana, el preguntarse acerca del pasado y el presente, encontrarse a uno mismo, interrogarse sobre unos orígenes inciertos, forman parte inalienable del carácter y temperamento del ser vivo inteligente. Estas características se verán reforzadas cuando la joven tenga contacto por primera vez con una mujer, haciendo entrar en zozobra certidumbres muy asentadas. La ingenuidad del confinamiento frente al realismo de la que ha visto el infierno.
La cinta nos sumerge en un interesante thriller
Dosificando los enigmas con mano diestra, ‘I am mother‘ nos sumerge en un suspense que gana enteros conforme se relacionan los tres personajes. Este droide, en llamativa caracterización, logra transmitir un aura inquietante, mientras la angustia de las dos mujeres florece en una atmósfera malsana. Por las temáticas abordadas, es fácil que el desenlace frustre las expectativas iniciales. Que te invada la sensación del mucho ruido para pocas nueces. No es el caso.
Estamos frente a una ficción que me deja un regusto dulce. Más allá de la imaginación de lo planteado, y de ciertas consideraciones acerca de su verosimilitud, la narración va dejando en el camino esas pequeñas sutilezas, detalles a priori sin importancia, que en mirada retrospectiva permiten cuadrar la ficción.