Dentro del vasto abismo sin fondo que es el catálogo de toda plataforma de streaming que se precie, de vez en cuando, si se quiere y puede, merece la pena fijar la mirada en algo de eso que nunca se nos muestra en la portada. Hoy queremos rescatar ´Fenómenas´. Ecléctica mezcla de géneros firmada por Carlos Therón, con el fantástico como timón, que pulula por Netflix desde el pasado mes de abril con más pena que gloria. Un destino del todo inmerecido.
´Fenómenas´, cinta que se rebela como mucho más que la ´Expediente Warren (The conjuring)´ (James Wan, 2013) cañí, se inspira en el caso real del Grupo Hepta. Una especie de asociación sin ánimo de lucro, liderada por el Padre Pilón, que durante los años ochenta investigó sucesos paranormales por toda España, siendo Madrid su sede central. Todo ello fructifica en un film que dista mucho de ser redondo. Pero que no quepa duda que merece la pena mucho más de lo que Netflix se va a esforzar en hacerte creer.
¿Era Carlos Therón el director más indicado para ´Fenómenas´?
Para empezar: hay un elefante en la habitación. Y vamos a quitárnoslo de encima cuanto antes. Muy posiblemente el tipo que ha dirigido joyas de nuestra cinematografía como ´Fuga de cerebros 2´ (2011), ´Es por tu bien´ (2017) u ´Operación Camarón´ (2021), no sea el realizador más indicado para sacar adelante ´Fenómenas´. Y lo decimos desde el más absoluto respeto a un Carlos Therón que ha sabido labrarse como nadie durante la pasada década un callo bastante sólido en lo que a comedia se refiere. Pero el film que ahora nos ocupa supone, por muchos motivos, un doble salto mortal con triple giro del que Therón no acaba saliendo todo lo indemne que quisiera y gustase. Aunque eso sí, en todo momento le pone ganas y buena fe.
Sin entrar aún en esas piedras en el zapato que tanto nos han entorpecido el trayecto, para ´Fenómenas´ hubiera sido ideal un Paco Plaza. Y es que este film en muchos momentos desprende aroma a su cine en general y al costumbrismo terrorífico de ´Verónica´ (2017) en particular. No por algo uno de los firmantes del guion aquí es Fernando Navarro. Un tipo que ya trabajó con Plaza en la cinta antes mencionada, y que también ha colaborado con otros habituales del género como Jaume Balagueró. Marta Buchaca es la otra co-guionista.
Álex de la Iglesia, uniéndole al costumbrismo ese del que antes hablábamos el factor comedia, guste o no también importante en ´Fenómenas´, no hubiera sido tampoco mala opción.
Pero finalmente es Carlos Therón el que lleva la batuta, no solo ya en su primera huida de la comedia más pura, si no también en su primera incursión en el terror. Una decisión arriesgada, tanto por su parte como por la de quienes lo pusieron ahí, que no acaba saliendo mal del todo, pero tampoco bien.
Las piedras en el zapato
La experiencia en comedia de Carlos Therón hace que esta, en todo momento, sea prácticamente un personaje más de ´Fenómenas´. Siendo seguramente un error ya que es el factor menos importante de una obra que cuesta mucho etiquetar como simple comedia de terror. Cosa que muchos alegan para apostillar después que no funciona como tal. Y es que no funciona porque no lo es. Pero indudablemente es una dirección hacia la que siempre parece querer virar el film, a pesar de tener muchas otras cosas, y más importantes, en su ADN. Drama, terror, thriller, fantástico… Una amalgama que duele ver encasillada en la comedia simplemente por el pasado de su realizador, o por algunas elecciones de casting.
Por todo ello a la obra le cuesta también mucho encontrar el tono adecuado, caminando siempre en precario equilibrio por una barra de la que, no se cae, pero casi.
Aunque saliendo de ese tema, hay decisiones puramente técnicas, que imaginas son de Therón, pero vete tu a saber, que también generan muchas dudas.
Por ejemplo: narrativamente hablando sientes algo en ´Fenómenas´ que nunca acaba de funcionar del todo. La trama no fluye en determinados momentos. Algo que se consagra cuando, en la última escena del film, un personaje le explica a otro con pelos y señales, y por consiguiente a ti como espectador, todo lo que ha sucedido en un tercer acto del que es literalmente imposible enterarse. Ves lo que acontece a nivel acción pero no sabes por qué sucede. No sé si es culpa del montaje, pero algo huele a chamusquina.
En última instancia: viva el riesgo
Resulta que queríamos rescatar ´Fenómenas´ del catálogo de Netflix y lo único que estamos haciendo es subrayar defectos. Vale ya. La cinta de Carlos Therón nos ha gustado mucho, y hasta sorprendido. Y como a todo hijo que se precie, hay que quererlo con defectos y virtudes.
Dentro de estas últimas, y más allá de la mera existencia del film, que ya nos parece una bendición, hay que resaltar la magnífica y arriesgada labor de casting. Otro ámbito de la producción que atesora riesgo, algo que por desgracia cada vez se destila menos. Nuevamente, y como ya hemos dicho antes, incidiendo en la comedia, con un puñado de interpretes más relacionados con ese género que con otro. Pero está vez tanto Therón como el producto en general salen airosos.
Belén Rueda, Gracia Olayo y Toni Acosta, con Emilio Gutiérrez Caba como el Padre Pilón, conforman un trébol de cuatro hojas estupendo.
Y dentro del reparto también cabe destacar la estupenda labor de caracterización. Hay una actriz a la que me llevó media película reconocer, y a otro directamente ya es que no lo vi hasta que apareció su nombre en los créditos finales de ´Fenómenas´. Maquillaje y peluquería, tanto como el diseño de producción, brillan mucho.
Netflix sobraba
Por lo escrito en párrafos anteriores, alguien podrá llegar a pensar que Carlos Therón nos sobraba en ´Fenómenas´. Pero no. No se confundan. Los que de verdad sobran aquí son los de Netflix.
Un cartel absolutamente irrisorio, una campaña de marketing del todo inexistente, un pestazo a puro y duro contenido de ese que hay docenas cada semana… En fin. Netflix, no hacia falta poner tanto esfuerzo porque a alguien le importara ´Fenómenas´. Un trabajo que, a posteriori, merecía un esfuerzo mayor. Pasar por el Festival de Málaga, teniendo lugar además este un mes antes del lanzamiento del film, hubiera sido una gran idea. Pero no. Definitivamente a alguien no le interesó que se supiera del film.
A ver. Es cierto que no es esta una propuesta fácil de vender. Es terror pero no del todo, es comedia pero no del todo, es familiar pero no del todo, es adulta pero no del todo. En fin, es difícil escoger un target. Pero desde aquí les garantizamos que merecerá la pena lanzarse de cabeza a esta imperfecta pero grata piscina. Una rara avis de nuestro cine que nos llevará tiempo volver a encontrar.
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