Cuando ví la película ‘Cube’ (1997), ópera prima de Vicenzo Natali, tuve la sensación de encontrarme frente a un autor que jugaba la liga de la originalidad. En personalísima propuesta, encerraba a seis sujetos en un espacio de laberínticas habitaciones cúbicas, dónde los enigmas a resolver para seguir vivo daban paso a una sugestión que permanecía intacta hasta un final, que a duras penas conseguía diluir el sofoco. Su desarrollo posterior no ha estado a la altura de ese prometedor debut. En ‘La hierba alta’, producción de Netflix, Natali adapta una novela del mismo título de Stephen king y Joe Hill.
Espacio y tiempo pierden su significado
Cinco adultos y un niño acaban atrapados en un inmenso campo de frondosas hierbas. No pueden salir por más que caminen o corran. Como si lo infinito hubiera caído sobre sus cabezas. Altas, verdes, las plantas parecen adquirir vida conforme Natali introduce al espectador en una notable experiencia visual y sensorial. Parece que el campo en que se desenvuelven los personajes latiera marcando su territorio, estableciendo sus propias reglas. Imponiendo un estado de cosas caótico en el que la entropía amenaza con avasallarlo todo.
‘En la hierba alta’ toma el entramado espacio-temporal, haciendo que se desvanezca su significado. La flecha del tiempo no siempre se mueve siguiendo las normas de la experiencia, mientras que el espacio parece cerrarse sobre sí mismo. Como en un videojuego, moverse hacia la derecha para, llegado al borde de la pantalla, aparecer a la izquierda de la misma. Esta es la parte más interesante de la cinta. Puestas las cosas de semejante suerte, la angustia transmitida por los actores emana de forma natural, acompañado de fotogramas que se regodean en los detalles.
La parte final pierde fuelle
La parte final de ‘En la hierba alta’, va marcada por el sello distintivo de Stephen King. La acción se despendola, a cuentas de un despilfarro narrativo que no siempre va acompañado de la excelencia. La exposición de motivos, en el desenlace, deja en el camino varios cabos sueltos. Aquí Natali se deja llevar, no se moja. Una pena.
Adaptar a King a la pequeña pantalla es algo realmente complicado, y pocas veces lo consiguen bien. Con todo, no tiene mala pinta (pese al final y al ritmo). La anoto para verla. Muy buena crítica.
HemosVisto!
Tienes toda la razón. La prosa de King y su particular universo es de una enorme complejidad. La adaptación de It ha tenido una fría acogida. Este relato es menos conocido y a mi juicio esta por encima de la media, aún con sus lastres.
Un saludo