La película ‘El faro’, segundo trabajo del norteamericano Robert Eggers, transita por los mismos derroteros que su ópera prima ‘La bruja’. Una propuesta inclasificable, dónde el terror al uso deja paso al desasosiego. Con apuestas visuales muy logradas, que denotan un afinado gusto y sentido de lo escénico.
Un trabajo rutinario de cuatro semanas
La propuesta es muy simple. Un farero (Willem Dafoe) y su aprendriz (Robert Pattinson), arriban a una solitaria isla para un trabajo de cuatro semanas. Hacerse cargo de un faro y reparar unas ruinosas instalaciones. La relación entre ambos personajes se antoja compleja. El reparto de roles deja claro desde el primer momento quién es el jefe, teniendo que soportar el ayudante la pesada carga de un trabajo de poco lustre. Mientras el personaje al que da vida Dafoe zarandea el estado anímico de su compañero con historias y leyendas de viejo lobo de mar.
Rodada en blanco y negro, con una imponente fotografía, ‘El faro’ despliega una sucesión de imágenes que sanciona una atmósfera abrasiva, irritante. Las formidables tormentas y la mar gruesa que asolan esta isla, crean una sensación de humedad que se mete en los huesos, mientras un viento corrosivo castiga el rostro de sus moradores. Añádase el olor a tierra, el alcohol barato que estos trabajadores consumen para olvidar lo penoso de su estancia, más la presencia intimidante de las gaviotas, conformando la monumental experiencia sensorial con la que Eggers articula su propuesta.
El aislamiento va haciendo mella, cobrándose su peaje
Los estragos que el confinamiento causará en la pareja protagonista vienen por añadidura. Al igual que el despliegue interpretativo del que hace gala Willen Dafoe. Actor de inabarcables texturas, de maneras camaleónicas y acreditadísima solvencia. A la par le anda en ‘El faro’ su compañero de reparto Robert Pattinson. Totalmente despojado ya de ese papel de chico guapo que hizo furor entre las adolescentes en la saga ‘Crepúsculo’, adquiere un empaque que lo ubica, por méritos propios, entre lo más potable de su generación.
Estreno en salas: 10/01/2020