Benedict Cumberbatch, actor de aspecto inequívocamente británico, ha logrado a lo largo de su carrera que no se le identifique con el típico galán clásico, coqueteando sin complejos con looks más transgresores. Siendo a día de hoy una de esas estrellas a seguir, en ‘El espía inglés’ ejecuta su mejor trabajo para el cine desde que fuera nominado al Oscar por ‘Descifrando Enigma’, donde imprimía lustre al enorme talento de Alan Turing.
Aparte queda su papel para la televisión dando vida al detective más famoso de todos los tiempos, revitalizando al mítico personaje creado por Arthur Conan Doyle. Aquí encarna al ingeniero Greville Wynne. Un hombre de negocios que fue reclutado por los servicios secretos británicos para que hiciera de mensajero. Su contacto en la Unión soviética era el agente Oleg Penkovsky (Merab Ninidze), quien jugara un papel destacado durante la crisis de los misiles en Cuba, filtrando información clave a los norteamericanos.
Buen drama sobre la guerra fría
Dominic Cooke, director de la cinta, despoja a su protagonista del compromiso ideológico que ha sido consustancial a los grandes espías de la historia: Kim Philby, Eli Cohen, Richard Sorge, Garbo. Quizá esa circunstancia hiciera que el MI6 y la CIA pusieran sus ojos en él, aprovechando sus viajes de trabajo a países del bloque comunista. ‘El espía inglés’ acierta alejándose de la grandilocuencia épica propia de empresas similares. El héroe desempeña un rol mundano, con una pizca de ignorancia por las consecuencias hacia su vida del camino que acaba de emprender. Lo toma casi como un negocio de los muchos que trae entre manos.
Por ello, la relación con su esposa y la empatía que desarrolla hacia su interlocutor ruso acentúan la impresión de estar frente a un aficionado. Un hombre tranquilo a quien diferentes avatares lo ubican en terrenos pantanosos. Tocando melodías conocidas, la película no desentona, configurándose como un robusto drama sobre la guerra fría. Sí que hecho en falta la guinda coronando el pastel. Como esa magnífica secuencia en ‘El puente de los espías’, donde el personaje de Tom Hanks despedía desde la distancia a su defendido, nada más producirse el canje por otro prisionero. Instantes que generan un clima sin igual.
Spielberg sólo hay uno.
Nuestra valoración