En su acercamiento al clásico de Cyrano de Bergerac, la directora Alice Wu compone en ‘Conquista a medias’ una versión donde sustituye el género epistolar por esa cosa horrenda para las relaciones humanas que constituyen las redes sociales. El triángulo amoroso lo conforman tres jóvenes: Ellie (Leah Lewis), Aster (Alexxis Lemire) y Paul (Daniel Diemer). El instituto es el entorno donde se ubica una historia que me ha resultado menos empalagosa que otras propuestas con adolescentes como protagonistas.
Lewis da vida a una chica de origen asiático, aplicada, empollona, sacando partido (quizá a su pesar) de la dedicación y el esfuerzo que otros suplen con dólares. Un compañero de clase va a requerir sus servicios para cortejar a la chica de sus sueños. Historia muchas veces narrada, tiene la virtud de introducir, a veces con calzador, componentes que barnizan lo prosaico. Sólo lo consigue en parte. En estos tiempos de acumulación de títulos, parece apetecible el recurso al trazo grueso y a la brocha gorda, no vaya a ser que algún despistado salga del redil. En este sentido ‘Conquista a medias’ sucumbe a la moda y caracteriza secundarios a partir de la parodia. Grotesca, excesiva, siempre irritante, a eso le llaman comedia. Son los tiempos que corren.
Propuesta menos ofensiva que otras de su género
Aún así, Wu logra esbozar ideas de cineasta comprometida. El cara a cara, el contacto personal, el roce como algo consustancial al cariño, se impone ante lo impersonal de un whatsapp, un mensaje lanzado a una red social o en eso tan poco empático llamado nube. La integración del foráneo, a quién se puede considerar diferente, la frustración, el miedo frente a lo desconocido, y la duda existencial, aparecen en la película a partir de una críptica interpretación de Leah Lewis.
Cuando la cinta evita volverse trascendente, siendo consciente de lo que está contando y cómo lo está haciendo, gana enteros. Le falta ser un poco más irreverente consigo misma, tomarse menos en serio, para que lo instintivo fluya por encima de lo racional, al igual que ocurre con las relaciones personales de sus protagonistas.
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