Que la trayectoria profesional de Bruce Springsteen bien merece un homenaje, deja poco espacio para la duda. Su longevidad, el compromiso social de sus canciones y el éxito acumulado en todo el mundo, dotan a su obra de ingredientes más que suficientes para alumbrar un gran musical. Otra cosa es que ‘Blinded by the Light’, dirigida por Gurinder Chadha, esté a la altura del creador al que rinde pleitesía.
Una familia de origen asiático
Javed es un joven británico, segunda generación de inmigrantes de origen paquistaní. Desde joven le ha gustado escribir, parece esa su auténtica vocación. Chadha sitúa la acción a mediados de los 80, en plena revolución conservadora a ambos lados del Atlántico, con Ronald Reagan y Margaret Thatcher como inductores.
Se intuye una soterrada crítica a la configuración de esa etapa histórica, pero al igual que ocurre con otros elementos que articulan ‘Blinded by the Light’, el potencial que atesora el contexto queda desperdiciado. Pasa de puntillas, no deja poso. El incipiente ascenso del neonazi partido Frente Nacional y las dificultades de integración de la población musulmana desfilan como un flash, sin profundidad alguna. A la hora de abordar el nudo gordiano del relato, Chadha se ubica siempre al lado del cliché.
Un padre que no comprende las inquietudes de su hijo
Para el protagonista, la música de El Jefe va a suponer un chute de adrenalina. Un revulsivo vital con el que hacer frente a un padre anclado aún en usos y costumbres poco compatibles con los sueños de un adolescente, criado en occidente, y al que de la tierra de sus antepasados sólo le queda el nombre.
Sin ser un musical al uso, las escuálidas coreografías que presenta, dan la impresión de haberse ideado en el marco de una fiesta estudiantil de fin de curso. Simplemente desentonan, no dan la talla. Una brizna de ligera comedia se apodera de la narración, y me queda la sensación de oportunidad perdida.