»Es la economía estúpido», repitió machaconamente el entonces candidato demócrata a las presidenciales de 1992, un tal Bill Clinton. Con ese eslogan, que le valió la elección, se enfatizaba la prevalencia de los asuntos tangibles sobre los de carácter más metafísico. Lo estrictamente económico sobre lo político. En ‘Worth’, tercer largometraje de la directora Sara Colangelo basada en hechos reales, la dicotomía entre materialismo e ideales va a zarandear el equilibrio del protagonista.
Michael Keaton interpreta a un prestigioso abogado. Ha alcanzado fortuna, éxito y reconocimiento actuando como mediador en temas espinosos, logrando acuerdos entre litigantes. »¿Cuánto vale una vida?», llega a espetar a sus alumnos durante una clase. No hay desagravio posible para las víctimas, pero el dinero ayuda a encontrar algo parecido a justicia, reparación.
Michael Keaton ejecuta una interpretación espléndida
Este letrado, ambicioso y seguro de sí mismo, acepta la complicada empresa de peritar las compensaciones que recibirán los familiares y víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Veo una historia de abogados actuando bajo presión: el gobierno temeroso de unas reclamaciones que pongan en jaque las finanzas; familias de toda condición en busca de compensación (las adineradas intentando, faltaría más, diferenciarse del resto); el calendario apretando y el objetivo de llegar al mayor número posible de perjudicados para alcanzar objetivos. El 80% era entonces el guarismo mágico. El equivalente a la inmunidad de rebaño.
La cinta sortea el didactismo y lo plomizo de la propuesta merced a la gran interpretación de Michael Keaton. Sobrio, sobrado de recursos, adapta el tono mientras su personaje muda de piel al contactar personalmente con los afectados, despojándose de la frialdad de un algoritmo matemático. Persona de principios, se ve desbordado ante la masa (hay mucha gente pendiente de sus decisiones). El número importa, y mucho. Aunque el mensaje resulte más obvio que en su anterior trabajo, ‘La profesora de parvulario’ (2018), dónde las frustraciones de una maestra, volcadas en la atención a un alumno adquirían un toque enormemente perturbador, ‘Worth’ realiza un potente retrato sobre la reconstrucción ante la pérdida.
¡Es la empatía estúpido!, aunque sin el cheque que le secunde todo parece sonar a hueco. Es lo que hay, y lo que somos.
Nuestra valoración