‘The Marksman’, segunda película como director de Robert Lorenz, quien fuera ayudante de Clint Eastwood en las laureadas ‘Los puentes de Madison’, ‘Mystic River’ y ‘Million Dollar Baby’, nos traslada al sur del estado de Arizona. Una de las fronteras más porosas del mundo (la que separa México de Estados Unidos) indomable a pesar del árido desierto, a prueba de vallas y muros, es el escenario en que el drama de la inmigración adquiere toque de western. Liam Neeson interpreta a un ranchero cuya propiedad radica en la frontera.
Periódicamente pulula por sus dominios en la típica ranchera, ataviado con su rifle, dando aviso a las autoridades cuando ve algún «espalda mojada». En su camino se cruzará un niño que huye junto a su madre de un cártel mexicano. Su delito es ser familia de alguien que ha traicionado a los criminales. Mostrando su lado más humano, este hombre protegerá al joven de la policía estatal que lo deportará y de las largas manos de una mafia para los que la vida no tiene valor alguno.
Liam Neeson. Otro actor incombustible
Liam Neeson, de nuevo imponente, es la viva imagen del desgaste, de una vejez marcada por la soledad (ha perdido a su esposa) y la precariedad económica. La ayuda que presta a este chico surge no sólo por obligación moral. Es una forma de sentirse vivo, mostrar que aún puede reverdecer viejos laureles. Empresa complicada que afronta a pecho descubierto. Ligero de equipaje, vence al miedo porque tiene ya poco que perder.
La caracterización que realiza Robert Lorenz de su protagonista recuerda al Eastwood crepuscular de cintas como ‘Gran Torino’ (de casta le viene al galgo). Aunque en ‘The Marksman’, ese ejercicio con regusto a testamento vital, queda lastrado por un guion que se va haciendo convencional conforme avanza el metraje. La persecución que narra, con su entramado de corruptelas, es probable que fuera más creíble si se desarrollara en el vecino del sur. A Neeson le hemos visto muchas veces hacer esto y mejor, pero no ha perdido la capacidad de dotar de nervio a una cinta correcta, bien hecha.
Nuestra valoración