En ‘Noticias del gran mundo’, última película del británico Paul Greengrass, lo amenazante, la vileza y degradación moral inherentes al periodo de Reconstrucción en Estados Unidos, golpea al espectador sin preámbulos ni demasiados miramientos. Tom Hanks interpreta a un veterano de la guerra de secesión. Se le conoce como »capitán», grado que alcanzó durante el conflicto que enfrentó al norte contra el sur. Su actual ocupación tiene escaso lustre. Recorre los pueblos de Texas leyendo a la concurrencia noticias aparecidas en diferentes rotativos.
Relatos de un mundo cambiante para quien no tiene acceso a esas historias que este hombre, de poderoso verbo, hace siempre interesantes. En su camino se cruza una niña de corta edad, secuestrada tiempo atrás por una tribu indígena. El asesinato de los mismos deja a esta joven en la indigencia. Decide llevarla con unos parientes lejanos al norte del estado. Un camino largo y tortuoso, no exento de peligros, con la presencia intimidante de los soldados de la unión en un territorio que ha perdido la guerra, pero se resiste a dejar sus rancias costumbres.
Tom Hanks nunca defrauda
Se abre paso un western donde las escenas de acción, estando bien rodadas, aparecen con cuentagotas. Quizá los seguidores de Paul Greengrass echen en falta el poderío trepidante de cintas como ‘El ultimátum de Bourne’, ‘Jason Bourne’ o ‘Green Zone: Distrito protegido’, donde el ritmo implacable resultaba desbordante, deviniendo en fantástico entretenimiento. ‘Noticias del gran mundo’ se desenvuelve a partir de otros registros e intenciones. Toma impulso al abordar la relación entre los protagonistas. Una película intimista, en el que el sentimiento de desarraigo les golpea por diferentes causas. A la pequeña por unos avatares en el que la orfandad acaba siempre por imponerse.
Al adulto por una vida llena de aventuras, conflagraciones y pendencias que deja muchas cosas por el camino. Es la confrontación de la que ha vivido poco con el que ha pasado demasiado. Y como los polos opuestos de un imán, sienten la irrefrenable fuerza de la atracción. Tom Hanks, una vez más excelso, impone a su personaje la pesada carga del pasado. Todos sus actos suenan a redención, a saldo de cuentas consigo mismo. Una impecable ambientación, unida a una atmósfera sucia, en ocasiones opresiva, ponen el broche a una cinta que nos retrotrae a esas épocas marcadas por cambios vertiginosos. Tiempos convulsos que alumbran un mundo nuevo.
Y las historias que engendra merecen ser contadas.
Nuestra valoración