Buena parte del equipo que ya nos entregara el magnífico díptico ‘Feliz día de tu muerte’ vuelve a aliarse. El pasado 14 de mayo llegó a nuestros cines ‘Este cuerpo me sienta de muerte’, comedia de terror a modo de slasher juguetón muy en la línea de lo ofrecido anteriormente. Tan en la línea de hecho que hasta los tres trabajos, y lo que esté por llegar, podrían compartir un mismo universo. Ahora que eso está tan de moda.
Christopher Landon vuelve a escribir y dirigir esta nueva perversión al icónico subgénero del terror, una vez más bajo el sello BlumHouse. Un film notablemente inferior a sus colaboraciones previas, pero aún así cumplidor con su cometido. Y es que, estos últimos años, en mayor o menor medida, el cine de Landon se ha convertido en uno de mis lugares felices preferidos.
‘Este cuerpo me sienta de muerte’: Poniendo patas arriba el slasher
Millie Kessler es una retraída adolescente de Blissfield que, al igual que su madre y su hermana, anda titubeante por la vida. Los miedos propios de su edad, unidos a la reciente muerte de su padre, la tienen peligrosamente retenida en una prisión mental de la que nunca acaba de escapar.
Un buen día el psicokiller local conocido como El carnicero de Blissfield, una figura hasta entonces más cercana a la leyenda para infligir temor que a la realidad, vuelve a las andadas. Cuatro muchachos aparecen brutalmente asesinados en su lujosa mansión. Pero nuestro asesino sigue sediento de sangre humana, y su siguiente víctima parece ser la buena de Millie.
Es entonces cuando algo extraño sucede. Durante el brutal ataque, y de manera del todo inexplicable, las identidades de asesino y víctima se intercambian. A la mañana siguiente la sádica mentalidad del psicópata reside encerrada en el cuerpo de Millie Kessler, y viceversa. Desembocando todo ello en ‘Este cuerpo me sienta de muerte’: un surrealista caos que pondrá patas arriba ese slasher para el que ya nos habíamos mentalizado.
Todo el pescado vendido demasiado pronto
Al igual que ya hiciera en ‘Feliz día de tu muerte’ (2017) y ‘Feliz día de tu muerte 2’ (2019), aunque en esta última en menor medida, Christopher Landon vuelve a juguetear a su antojo con los convencionalismos clásicos del slasher. Así que todo aquel que disfrutara de lo lindo con aquellas dos películas es llamado a filas nuevamente para gozarlo. Quizás en menor medida, no pienso negarlo; pero gozarlo igualmente. Y en estos tiempos que corren no creo que nadie, en su sano juicio, quiera renunciar a eso.
Hay dos factores que juegan ligeramente en contra de ‘Este cuerpo me sienta de muerte’: un punto de partida muy limitado; y unos precedentes que dejaron el listón muy alto exprimiendo lo que este film vuelve a exprimir.
La duología ‘Feliz día de tu muerte’ pervertía con fines cómicos las reglas del slasher de maravillas. Y lo hacía además con un punto de partida que, en comparación con la vía de un único sentido que es ‘Este cuerpo me sienta de muerte’, era una rotonda abierta a muchas salidas. Esa batalla la tiene perdida este nuevo trabajo de Christopher Landon, aquí a los veinte minutos o antes ya está todo el pescado vendido. Ahora bien, toda vez asumido eso, y sabiendo hasta dónde puede llegar la obra, esta luce un buen nivel de disfrute.
Equilibrada la balanza actoral
Esperando no tener que citar esos clásicos del género en los que se mira fijamente ‘Este cuerpo me sienta de muerte’; la cinta aprovecha, delante de la cámara, la vis cómica del actor Vince Vaughn.
Un hecho que, de primeras, podría desembocar en una balanza ligeramente desequilibrada respecto a su pertinente compañero de aventuras. Pero no. Kathryn Newton logra estar muy a la altura en una elección de casting, no sé si tan acertada como la de Jessica Rothe en en el anterior díptico de Christopher Landon, pero casi.
A partir de ahí se desarrolla una película que sabe ser divertida, gamberra y sangrienta, pero sin cansar; lo entrega todo en pequeñas y gustosas dosis. No pienso negar que determinadas situaciones, sobre todo las que tienen textura de gag cómico, se podrían haber exprimido más y mejor, pero bueno. Igual no es mala idea empezar poniendo el listón más bajo para luego, de esa manera, ir superándolo en el futuro con holgura.
Nuestra valoración