«Una imagen vale más que mil palabras». Es probable que ninguna frase sintetice mejor la toma de conciencia social que han traído los medios de comunicación de masas. La repulsa al apartheid sudafricano adquirió una intensidad nunca antes conocida a raíz de la icónica fotografía tomada por San Nzima durante el levantamiento de Soweto. La larga lucha contra el régimen sudafricano también conoce héroes de raza blanca. Gentes que dieron con sus huesos en la cárcel por defender la igualdad del ser humano. En ‘Escape from Pretoria’, debut en el largometraje de Francis Anann, desfilan algunas de esas personalidades.
Elegir el verbo desfilar no es baladí. Porque la película apenas si deja poso a la hora de valorar el contexto político. Los personajes están poco desarrollados. No nos hacen partícipes de su epopeya. Las razones que les mueven a desafiar un sistema brutal e inmisericorde, pese a pertenecer al grupo privilegiado, quedan sin explotar. Seguir enfrentándose a la dictadura, aún con largas condenas de cárcel a sus espaldas, denota un compromiso personal y ético que no se refleja en pantalla. Me parece una ocasión perdida.
La película no explora los valores de sus protagonistas
‘Escape from Pretoria’ es la historia de una fuga. La que emprendieron dos activictas blancos del CNA (Congreso Nacional Africano), a los que dan vida Daniel Radcliffe y Daniel Webber. Tras un acto de sabotaje, serán confinados en la prisión de ‘Robben Island’ (Pretoria), sólo para blancos (el nacionalismo afrikáner también segregaba a sus delincuentes). Allí coincidirán con otros representantes de la causa como Denis Goldberg, que les ayudarán en su huida. La película trasciende cuando estos presos políticos disertan sobre las bondades de fugarse o permanecer encerrados, aumentando con ésta actuación penitente la repercusión de su periplo.
Sin embargo, Anann elige centrarse casi por entero en el plan de fuga de los protagonistas. Con claras reminiscencias a ‘Fuga de Alcatraz’ de Don Siegel, pero muy lejos de la atmósfera absorbente que imprimía Clint Eastwood al frente de sus compañeros de escapada, Daniel Radcliffe aporta su dosis de estrés. Sudoración y palpitaciones varias le sirven de recurso narrativo en una película que no veo con desagrado. Aunque permanece poco en mi retina.
A mi me encantó. Hace falta contar mucho de la trama. Mala la crítica
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