Quede constancia que este cronista atesora una prevención apriorística hacia el remake. Ese género consistente en adaptar, versionar o efectuar una nueva interpretación de una película, que generalmente obtuvo el beneplácito de la crítica. Hollywood se lleva la palma en este punto. Es capaz de llegar a un mercado global, obrar el milagro de acercar todo tipo de propuestas al público, que adquiera relevancia aquello que de otra forma hubiera pasado desapercibido, merced a su poderío económico, el glamour de sus estrellas y de ser la meca del cine. Sin embargo, y salvo honrosas excepciones, todo lo anterior se cobra su precio en forma de mediocridad, dejando la sensación que ante la copia, resulta mejor negocio quedarse con el original. ‘El secuestro de Stella’, original de Netflix, es un remake de la película británica ‘La desaparición de Alice Creed’, vibrante thriller de atrayente trama, que dirigiera J Blakeson.
Película alemana, con los mismos pecados
En esta ocasión la producción es alemana, pero las carencias y los vicios corren en paralelo. No aporta nada nuevo ni en lo interpretativo ni en lo argumental. Esperas en vano la aportación de algo original, que su creador ponga su sello personal, siquiera como guiño a la obra a la que rinde pleitesía, de la que bebe su propia existencia.
Pues no. Estamos frente a un producto de saldo, destinado a hacer bulto. Nacido y alumbrado al albur de la acumulación, en estas fechas veraniegas tan poco proclives a la excelencia cinéfila.
Secuestro por dinero
Una joven es secuestrada en plena calle, metida en una furgoneta y llevada a un piso que previamente había sido habilitado para la ocasión. Atada y esposada por sus cuatro extremidades, sus dos captores esperan que su padre pague el consiguiente rescate. El pasado de los tres protagonistas va a entrar en escena como elefante en cacharrería, revelando la vocación poco profesional de los criminales, en chapucero golpe.
Los actores secundan la acción en ‘El secuestro de Stella’, con la misma actitud que acompaña al conjunto. Salir del paso. Borrón y cuenta nueva para manufacturar el encargo. Sigue constituyendo para mí un rompecabezas, el intentar comprender por qué Netflix no incorpora la película original, en lugar de continuar devaluando su ya de por sí errático catálogo. Cuestión de dinero, supongo.